DGCIM secuestró a más de 45 trabajadores de refinería de Amuay

Caracas. – La DGCIM se llevó secuestrados a más de 45 trabajadores de los muelles de la refinería Amuay (Falcón) -casi todo el personal operativo de esa instalación petrolera- quienes se encuentran con paradero desconocido según denunciaron sus familiares, y sin conocerse aún las razones por las cuales fueron raptados.

La denuncia fue realizada por el dirigente sindical Iván Freites a través de cuenta en la red social X, en la cual alertó que se trata de «un hecho sin precedentes en la historia de la industria petrolera venezolana, la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) arrasó con el personal operativo de los muelles de la Refinería Amuay, en el Centro de Refinación Paraguaná».

Según indicó Freites, la acción ha provocado que «los buques han quedado sin atención, la operación portuaria paralizada». Mientras, los más de 45 obreros de Amuay -según cifras extraoficiales- continúan desaparecidos y sus «familiares temen por sus vidas y guardan silencio por miedo. Nadie da respuestas».

La acción es calificada por Freites como «un nuevo nivel de represión contra los trabajadores petroleros». También denuncia que «este tipo de desapariciones forzadas no se veían ni en las peores dictaduras del continente».

«El régimen de Nicolás Maduro habría recurrido a empresas navieras privadas para mantener la operación portuaria, violando así todo protocolo laboral, sindical y de seguridad operacional», indicó el sindicalista al respecto de esta medida adoptada por el narcorégimen chavista.

Finalmente, sentencia en su denuncia: «Exigimos respuestas inmediatas. Exigimos la aparición con vida de nuestros compañeros. Exigimos justicia».

Hay que recordar que el pasado miércoles, se reportó la desaparición de 30 trabajadores del complejo refinador de Paraguaná, también en Falcón, e igualmente a manos de esbirros de la DGCIM. En este caso, los empleados fueron arrestados progresivamente en sus puestos laborales sin respetar el debido proceso y sin informar de su paradero, tal como lo aseguraron los parientes.

Periodistas festejan su día con 20 colegas secuestrados por el narcorégimen

Caracas. – Los periodistas venezolanos han celebrado este viernes, 27 de junio, el Día del Periodista, con 20 profesionales de la comunicación secuestrados por el narcorégimen chavista, y al menos, otros 12 comunicadores sometidos a ilegales procesos judiciales en su contra.

El número de periodistas que hoy están fecha tras las rejas fue revelada por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), gremio que en un mensaje a través de sus redes sociales, denunció «una política sistemática de criminalización del ejercicio periodístico», por parte de la Narcotiranía.

«Hoy, 20 periodistas y trabajadores de la prensa están detenidos y al menos 12 están sometidos a procesos penales con medidas cautelares», denunció el SNTP en un mensaje en X, en el que adjuntó un listado con los nombres de los privados de libertad.

Además, el gremio exigió la libertad plena de los comunicadores privados de libertad y pidió el cese inmediato de la judicialización del ejercicio de la profesión.

El sindicato reclamó también el fin de la censura, los bloqueos a portales informativos, el cierre de medios independientes y las amenazas que siguen afectando al gremio.

La lista de comunicadores secuestrados por el narcochavismo es la siguiente: Carlos Marcano, Nakary Ramos, Gianni González, Juan Alvarado, Rory Branker, Julio Balza, Leandro Palmar, Salvador Cubillán, Ángel Godoy, Gabriel González, Luis López y Ramón Centeno.

A este grupo se unen también, tras ser apresados por expresar sus posiciones políticas: Juan Pablo Guanipa, Mario Chávez Cohen, Pedro Guanipa, Biagio Pilieri, Víctor Hugas, José Camero, Roland Carreño y Carlos Julio Rojas.

Borrego de la Semana 189: Carla Angola y Kiko Batista

Hace poco, salió a relucir un video antiguo en el que la comunicadora Carla Angola bailaba la canción de «Hay un camino», usada en la campaña presidencial de Henrique Capriles en el 2012 y 2013, en su programa de televisión, en Globovisión, en compañía de Kiko Batista.

Esta escena es una clara muestra de que desde hace mucho el compromiso que han tenido esos comunicadores no era con la verdad, sino que estaban al servicio de la «oposición» o del mesías de turno, que no tiene nada que envidiar a quienes hacen lo mismo, pero desde el oficialismo.

De hecho, es necesario recordar que en ese momento los personajes criticaban abiertamente la postura de Maria Corina Machado, por no estar alineada por completo con el mesias de turno —o así lo consideraban en su momento—, pero años más tarde, en el presente, Maria Corina resultaría ser la «líder» y muchos comunicadores se han prestado para hacer propaganda de un liderazgo vacío, al que nadie puede criticar.

De hecho, esa misma Carla Angola, que ha servido de palangrista de los personajes de oposición, de la forma más acrítica posible, se contradice con sus mismas palabras en una entrevista que le hizo el comunicador Jaime Bayly por esos mismos tiempos. En ese momento, Angola expresó que ella «no cree en los periodistas de oposición», pues cree «que el periodista es periodista» y, en ese marco, «disiente, critica, es contestatario».

En este marco, por demostrar que carecen de criterio y solo sirven para hacer palangristas de los actores más famosos del momento, y por no servir a la verdad, tal y como debería ser dada la profesión que dicen ejercer, y por contradecir sus mismas palabras con sus acciones, Carla Angola ha sido seleccionada como el Borrego de la Semana 189, el cual comparte facilmente con su excompañero, Kiko Batista.

El Supremo de Brasil responsabiliza a las redes sociales de las publicaciones ilegales de sus usuarios

El Tribunal Supremo de Brasil ha resuelto este jueves que las plataformas que operan las redes sociales deben ser responsabilizadas por las publicaciones ilegales realizadas por sus usuarios.

La Justicia brasileña ha declarado inconstitucional el artículo 19 del Marco Civil de Internet, que establecía que, «con el fin de garantizar la libertad de expresión y evitar la censura», las plataformas solo podrían ser consideradas responsables de las publicaciones de sus usuarios si, tras una orden judicial, no tomaban medidas para retirar el contenido ilegal.

La institución se sostiene en la idea socialista de que las empresas llamadas ‘grandes tecnológicas’ no respondían civilmente, por lo que ellos consideran mensajes «antidemocráticos», «el discurso de odio» y los ataques personales publicado por sus usuarios.

Así, de ahora en adelante y hasta la aprobación de una nueva ley al respecto, las plataformas sí estarán sujetas a la responsabilidad civil por las publicaciones realizadas en sus redes.

En virtud de ello y tras notificación extrajudicial, deberán retirar publicaciones que convengan actos antidemocráticos, terrorismo; inducción al suicidio y la automutilación; incitación a la discriminación por motivos de raza, religión, identidad de género, conductas «homófobas» y «tránsfobas»; delitos contra la mujer y contenidos que propagan el odio contra la mujer; pornografía infantil, y trata de personas.

La competencia entre ciudades como motor de la libertad

Oriana Aranguren estudia Ciencias Fiscales, mención Aduanas y Comercio Exterior, y es cofundadora del capítulo Ladies of liberty Alliance (LOLA) Caracas, desde donde se promueve el liderazgo femenino en el movimiento libertario. También, es coordinadora local de EsLibertad Venezuela.

«(…) En un sistema descentralizado, las minorías ideológicas o de estilo de vida pueden encontrar refugio en jurisdicciones que se adapten a sus valores, yendo hacia ellas si así lo consideran mejor.«

Oriana Aranguren

La filosofía política se centra, en última instancia, en el modo en que se debe organizar la sociedad y, desde tiempos modernos, la tensión entre el individuo y el poder del Estado, donde la libertad ha sido, en esencia, la búsqueda de límites a la coacción arbitraria del poder. En este sentido, en nuestro tiempo este debate encuentra un nuevo paradigma que merece consideración en el debate público, a saber: la competencia entre jurisdicciones locales, que, básicamente, son confederaciones —aún más radical y local que las federaciones—. Y ésta merece considerarse precisamente por alejarse de la narrativa de la soberanía nacional y mostrarse como un escenario que expande la libertad individual, en la medida en que la idea ciudades y municipios que compiten entre sí por atraer residentes y capital mediante la reducción de impuestos, la desregulación y la provisión eficiente de servicios, actúan como un bastión contra la uniformidad impuesta por los gobiernos centralizados.

Lo cierto es que el régimen de confederaciones podría ser un mecanismo observable y robusto para fomentar el bienestar y la autodeterminación de las localidades, y es precisamente sobre ello que pretendo hablar en este texto, argumentando que el confederalismo, delineado por la competencia jurisdiccional, manifestaría políticas fiscales más atractivas, una desregulación inteligente y, de ameritarlo el caso, una provisión eficiente de los servicios públicos, fungiendo como mecanismo para disciplinar al Estado, llevándolo a la mínima expresión —o servir de camino para eliminarlo por completo, si gusta a los libertarios más radicales—, y fomentar la innovación, maximizando la libertad y, con ello, empoderando al ciudadano. Vamos a ello.

Breve paso por los fundamentos teóricos: el voto con los pies y la disciplina del mercado político

Para empezar, he de señalar que el andamiaje intelectual que sostiene este argumento fue articulado de manera seminal por el economista Charles Tiebout en su ensayo de 1956, “Una teoría pura de los gastos locales”, en la que el autor propone un modelo revolucionario en el que el ciudadano no es un mero sujeto pasivo de las decisiones gubernamentales, sino un “consumidor-votante”, es decir, alguien con “consume” en una localidad y puede incidir con sus elecciones en ella a través del “voto”. Partiendo de ello, sostiene que en un sistema con múltiples jurisdicciones locales, cada una ofreciendo una especie de “paquete” distinto de bienes públicos —seguridad, educación, parques— a un “precio” determinado —que serían los impuestos locales—, los individuos pueden “votar con los pies”, es decir, revelan sus preferencias y maximizan su utilidad eligiendo la comunidad que mejor se alinea con sus deseos.

En su momento, Tiebout observó una diferencia fundamental entre los bienes privados y los bienes públicos, encontrando que en el mercado los individuos revelan sus preferencias directamente a través de sus compras, por lo que, si prefieren un producto sobre otro, lo compran, enviando una señal clara a los productores —a través del sistema de precios, como indica la Escuela Austriaca de Economía—; sin embargo, con los bienes públicos proporcionados por un gobierno central —seguridad, justicia, política monetaria, salud, educación, entre otros— la revelación de preferencias es casi imposible, porque el ciudadano se ve obligado a aceptar el “paquete” completo de políticas, le guste o no.

Por otro lado, hemos de considerar a la escuela de la Elección Pública (Public Choice), que es una corriente que aplica el análisis económico a la política, desmitificando la noción del “interés público” y tratando a los políticos y burócratas como lo que son: actores racionales que, al igual que los individuos en el mercado, buscan maximizar sus propios intereses —poder, presupuesto, prestigio—, lo cual se integra perfectamente con el concepto de Tiebout y nos lleva a la conclusión de que, en un sistema centralizado y monolítico, estos actores enfrentan pocos incentivos para ser eficientes o responder a las necesidades ciudadanas, dado que el coste de la “salida” —emigrar del país— es extremadamente alto, si acaso no imposible, y la “voz” —el voto— es a menudo demasiado difusa para generar cambios significativos.

De lo abstracto a lo concreto: la lógica del mercado en la política

Con esto en mente, e integrando las ideas, podemos comprender por qué, entonces, el régimen de confederaciones es mejor para sus ciudadanos: porque se adapta más fácil a sus necesidades y está mediado por la competencia, el mercado. Así, si una ciudad impone una carga fiscal excesiva para los servicios que ofrece, o si sus regulaciones ahogan la iniciativa personal, sus residentes más móviles —y con ellos, su base impositiva— simplemente se mudarán a una jurisdicción vecina más atractiva, lo cual, siguiendo la lógica de “mercado” —mercado político institucional—, crearía un contrapeso o unos incentivos que llevarían a las jurisdicciones locales a mantener sus servicios y sus precios atractivos para los ciudadanos, incentivando, a su vez, la empresarialidad de cada uno.

Así, la lógica del mercado se traslada al modo en cómo se organizan las jurisdicciones locales y que cada persona, en libertad, decide entre las opciones que tiene —más opciones—, siendo en sí mismo un acto de elección transforma la relación entre el ciudadano y el gobierno, porque éste deja de ser un monopolista ineludible para convertirse en un proveedor de servicios en un mercado competitivo —es aquí donde se introduce una disciplina de mercado en la esfera política porque transforma la relación entre el ciudadano y el gobierno local en algo más parecido a la relación entre un cliente y una empresa, siendo el gobierno local el que debe ganarse a sus ciudadanos cada día, y no al contrario, y mucho menos esperando la cantidad de tiempo que pretenden imponérseles en estos Estados modernos “democráticos”, donde se pretende alcanzar un cambio solo en época de elecciones—.

En este marco, si una administración municipal se vuelve ineficiente, corrupta o impone una carga fiscal desproporcionada en relación con los servicios que ofrece, arriesga un éxodo de sus “clientes” más valiosos: los contribuyentes y las empresas. Y todo ello es gracias a que las localidades se verían en la obligación de competir entre sí en el campo fiscal —alto o bajos impuestos, qué tipo de impuestos, por qué y para qué—, regulatorio —si son onerosas, si hay mucha burocracia, si son arbitrarias, entre otras cosas a considerar, y en la eficiencia para la provisión de servicios —en los que incluso se puede demandar que sean suministradas por empresas privadas, o que el sector público compita con el privado en un plano de “igualdad”—.

Para ilustrar el punto: imagine una persona que valora enormemente los parques y las bibliotecas, pero le importa menos el pago de impuestos, pues, él podría mudarse a una ciudad que tribute más a cambio de los excelentes servicios que le gustan; o piense en un joven emprendedor que prioriza mantener la mayor parte posible de sus ingresos para reinvertir en su negocio, éste podría elegir un municipio con impuestos mínimos, aceptando a cambio un nivel más básico de servicios públicos.

Si bien, para apreciar plenamente los beneficios de la competencia local, es útil contrastarla con el modelo de gobierno centralizado.

En contraposición al poder concentrado

Un Estado central, por su propia naturaleza, es monopólico, concentra todo el poder e impone una uniformidad a todo el territorio: mismas leyes, mismos impuestos, mismas regulaciones —o con más o menores cambios para ciertas localidades, pero para nada adaptativo, dinámico, a la rapidez en que sí lo haría el régimen de confederaciones— para poblaciones muy diversas, como si se intentara poner una misma talla de zapato a toda la población. Este hecho, ignora una de las ideas más profundas del pensamiento económico popularizada por Friedrich Hayek: el problema del conocimiento, es decir, el hecho de que ningún planificador central puede poseer en todo momento, en todo lugar, a cada instante, el conocimiento disperso y tácito sobre las necesidades, preferencias y condiciones específicas de cada comunidad local.

Asimismo, dicha uniformidad impuesta ahoga la experimentación, el aprendizaje por ensayo y error, y mata la capacidad de adaptación de la sociedad entera, puesto que, por ejemplo, si una nueva política resulta ser un fracaso, sus consecuencias negativas se extienden por toda la nación. En contraste, si contamos con un régimen de gobierno descentralizado, que funciona como una especie de red de “laboratorios de políticas” —por decirlo de alguna manera—, el mal solo se extendería a la localidad, y los mismos tendrían mecanismos para solucionarlo de forma rápida y efectiva. Así, aquellos experimentos exitosos pueden ser emulados por otras ciudades, mientras que los fracasos quedan contenidos localmente y sirven de lección para los demás —lo cual constituye un proceso evolutivo de ensayo y error que es fundamental para el progreso social y es, de hecho, lo que dio paso a la civilización y al progreso a lo largo de la historia del ser humano—. Todo ello es y sería imposible bajo un régimen centralizado

Se soluciona el problema de volumen de la Democracia

En adición, la consecuencia más profunda de este modelo competitivo es la expansión del ámbito de la libertad individual a través de la multiplicación de las opciones de vida, que se contrapone a la lógica de la sociedad uniforme, impuesta por un gobierno centralizado, que es inherentemente liberticida en cuanto asume que una única solución es adecuada para millones de personas con valores, preferencias y aspiraciones diversas.

En primer lugar, la confederación protege contra la “tiranía de la mayoría”: en una democracia nacional, una mayoría del 50% más 1 puede imponer sus preferencias culturales, morales y económicas a todo el país. En un sistema descentralizado, las minorías ideológicas o de estilo de vida pueden encontrar refugio en jurisdicciones que se adapten a sus valores, yendo hacia ellas si así lo consideran mejor; pero en un sistema centralizado, se disminuyen esas opciones y, si cabe la observación, costaría más a las personas alinearse con aquellas que considere mejor. En definitiva, un sistema de comunidades que compiten entre sí hace que se pueda apreciar un mosaico de comunidades, en donde, por lógica, cada una sentiría más sentido de pertenencia por lo suyo, llevando, incluso, a proteger mejor su entorno.

Además, las comunidades, al ser más pequeñas y estar próximas a sus problemas, podrían elegir mejor a sus lideres para solucionarlos, organizarse y afrontarlo juntos, autodeterminándose como localidad, y sin esperar que alguien sentado en el palacio de gobierno, a quienes probablemente ni conocen, ni conocerán en persona, decida por su futuro. En este sentido, las políticas públicas serían más manejables, responderían a casos concretos, según la necesidad local, por lo cual nos encontraríamos con algo paradójico: no habría nada más democrático que el régimen de confederaciones.

Respondiendo a posibles objeciones que rozan lo absurdo

Ahora bien, en este punto alguno podría decir que el modelo no está exento de críticas, aludiendo a, por ejemplo, la idea de que la competencia fiscal obligaría a las ciudades a recortar drásticamente el gasto social, las protecciones medioambientales y los servicios esenciales para atraer capital, perjudicando a los más vulnerables. Sin embargo, aun suponiendo que tal riesgo exista, se estaría subestimando la complejidad de las preferencias de los ciudadanos y del mismo proceso social para dar solución a ello, en la medida en que se ignoraría que las empresas de alto valor y los trabajadores cualificados no se sienten atraídos por páramos contaminados con servicios públicos inexistentes, altas tasas de criminalidad y baja calidad en el talento humano; al contrario, buscan calidad de vida, seguridad, un buen ambiente, ocio y buenos talentos —la competencia, por tanto, no es simplemente por ser el más barato, sino por ofrecer el paquete de valor más atractivo—. Además, parecen olvidar que cuando hay lazos fuertes en la comunidad, la misma tiende a ser generosa para con sus miembros, por lo cual, aun si se elimina por completo los planes sociales, queda en entredicho que sean cosas que solo pueda suministrar el sector público.

Una segunda crítica que se podría recibir es que existe el potencial de agravar la desigualdad y la segregación, argumentando que los ricos se concentrarán en enclaves exclusivos con servicios de primera calidad y bajos impuestos, mientras que los pobres quedarán atrapados en municipios con una base fiscal erosionada e incapaces de proveer servicios básicos. No obstante, nuevamente, se ignora la complejidad del proceso social. En principio, ¿La solución debería pasar por eliminar la competencia? ¿Acaso no tenemos muchos de esos problemas bajo el régimen actual, pero vistos en muchos más campos? Quien haga esa critica debería criticar el mismo sistema centralizado que pretende defender. Si bien, reparando un poco en la posible objeción, se podría establecer un marco adecuado para que ciertas funciones locales, como una red de seguridad social básica o la garantía de ciertos derechos fundamentales, que pueden seguir enmarcadas por la competencia y no necesitarían de un nivel superior de gobierno —estatal o federal— para llevarlas a cabo.

El objetivo de la confederación no es la atomización total, sino un sistema robusto donde cada nivel de gobierno se especializa en lo que hace mejor, retroalimentándose y compitiendo entre sí. A la larga, todos esos problemas tenderían a desaparecer, o a tratarse de una mejor forma, tal y como la misma historia humana ha mostrado en cómo el proceso de mercado da solución, más temprano que tarde, e dichos problemas. De hecho, para los menos radicales —que no es mi caso—, se podría considerar que la competencia local coexista con mecanismos de redistribución fiscal a un nivel superior que pretendan garantizar un suelo mínimo de servicios para todas las comunidades, sin anular los incentivos para la buena gestión local —aunque, dejando que me gane mi radicalización, eso mismo podría coexistir con mecanismos de aportes voluntarios a nivel nacional en el que el sector privado se encargue de administrarlo para ayudar a la mayor cantidad de personas posibles; podría, incluso, haber competencia entre esas administraciones privadas. Todo ello solo necesitaría de un marco legal respetuoso con la libertad, de sentido común, para regular sus actividades, buscando siempre que todas las partes salgan beneficiadas.—.

Conclusiones: la libertad y el régimen de confederaciones

Si bien es cierto que la competencia entre ciudades podría no ser la panacea para la libertad que algunos persiguen —¿Qué lo es?—, también es cierto, sin duda alguna, que sí es un mecanismo extraordinariamente eficaz y a menudo subestimado para promover la libertad individual y el bienestar de la colectividad, pues transforma al ciudadano de un súbdito pasivo en un consumidor-votante con la capacidad real de elegir el entorno político y social que mejor le convenga, en asociación con su comunidad, por lo cual se invierte la dinámica de poder tradicional. Asimismo, el gobierno se ve forzado a servir al individuo, y no al revés, porque la presión de la competencia fiscal limita el afán recaudatorio del Estado, la competencia regulatoria libera la energía creativa del emprendimiento y la competencia en servicios fomenta una administración pública eficiente e innovadora.

En contraste con esa uniformidad asfixiante y la ineficiencia inherente de los gobiernos centrales, en donde prima la corrupción y se tiende a tratar a los ciudadanos como piezas intercambiables en un gran plan nacional, la multiplicidad de jurisdicciones que compitan entre sí ofrece un camino hacia una sociedad más libre, diversa y próspera, permitiendo la coexistan de múltiples visiones sobre la vida, y empoderando a los individuos para que elijan la suya.

De hecho, el fortalecer la autonomía local y fomentar la competencia entre nuestras ciudades se vuelve un imperativo moral para cualquiera que valore la libertad humana, puesto que estamos en una sociedad en donde la intervención estatal parece haber fatigado la democracia y la misma participación ciudadana, y eliminando junto con ello el sentido de pertenencia de los miembros de la sociedad, que esperan que sea el ente regulador quien venga a solucionar sus problemas, en lugar de convertirse en sujetos proactivos comunitarios para hacer lo propio[1]. Por ello, la reinvención del concepto de organización social, partiendo de la lógica de mercado —mercado comunidades—, donde prima la diversidad en cada aspecto de la vida en sociedad, es, en última instancia, una de las manifestaciones más tangibles de la soberanía del individuo en el siglo XXI.


[1] Al respecto, ver: Oriana Aranguren. 2025. La fatiga de la democracia: ¿Estamos perdiendo el interés en la participación cívica por exceso de Estado?. Publicado en ContraPoder News. En: https://contrapodernews.com/la-fatiga-de-la-democracia-estamos-perdiendo-el-interes-en-la-participacion-civica-por-exceso-de-estado/ (Consultado el 26 de junio de 2025).

Programa 729: el régimen asesina a TikToker y Carla Angola es el borrego de la semana

En este programa, se aborda la inseguridad de los ciudadanos venezolanos dentro del país, comenzando con la noticia principal del asesinato del tiktoker Gabriel Jesús Sarmiento en Maracay, quien era conocido por denunciar a las megabandas como el Tren de Aragua y el Tren del Llano, así como la corrupción policial, y había recibido amenazas.

Su asesinato, ocurrido durante una transmisión en vivo desde su casa, no ha tenido responsables identificados hasta el momento de la grabación, lo cual «demuestra una vez más que en ese régimen nefasto no existe ningún tipo de libertades, que nadie está seguro.»

Además, se nombra como «Borrego de la semana» a una periodista reconocida en la campaña de Capriles por su falta de compromiso con la verdad y su servilismo a intereses de una oposición que se ha mostrado, al mismo tiempo, servil al régimen que somete a Venezuela.

Posteriormente, la discusión se centra en la inutilidad de las organizaciones internacionales como la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Organización de los Estados Americanos (OEA). Se cuestiona la postura de la OIEA de buscar cooperación nuclear con Irán, un país previamente sancionado por enriquecimiento de uranio.

De manera similar, se critica al secretario general de la OEA por promover el diálogo con el régimen de Nicolás Maduro, ignorando las más de 350 mesas de diálogo previas que no han tenido resultados, y por no importarles si es una dictadura o no. Por ello, estas organizaciones no cumplen su función de velar por la democracia y el cumplimiento de normas, sino que respaldan directa o indirectamente a regímenes autoritarios.

Como tercer punto de polémica, se menciona la hipocresía de la oposición venezolana, específicamente de Voluntad Popular, que ahora pide a la OEA no dialogar con el régimen, a pesar de haber participado en diálogos en el pasado, como los «acuerdos de Barbados», mostrando que cambian de postura según les conviene, lo que genera desesperanza para Venezuela.

Finalmente, el programa retoma el tema de la inseguridad y la falta de justicia al discutir el caso de una joven condenada a 10 años de cárcel por denunciar a una vocera comunal, a quien se acusa de abuso y corrupción. Y la joven ha expresado pensamientos suicidas desde la cárcel.

En este sentido, se denuncia que esto es un ejemplo de cómo en Venezuela se encarcela a los denunciantes en lugar de a los delincuentes y se asesina a quienes exponen la corrupción sin que las autoridades investiguen.

Asimismo, se señala a Tareck El Aissami, fiscal «legítimo» de la República, como el «corrupto en la mira», acusándolo de usar la fiscalía para fines políticos, perseguir enemigos del régimen y resolver solo casos mediáticos, ignorando crímenes importantes como el de Gabriel Jesús Sarmiento.

Cobra fuerza rumor sobre posible sustitución de Padrino López como ministro de defensa

Caracas. – Un rumor que ha cobrado mucha fuerza en las redes sociales en los últimos días es el de la posible destitución de Vladimir Padrino López como ministro chavista de defensa, debido a que ya no garantiza al narcorégimen la estabilidad dentro de las fuerzas armadas.

Este rumor ha sido alimentado principalmente por el evidente deterioro físico de Padrino, quien desde su advertencia por las consecuencias para Venezuela de la guerra Irán-Israel, no ha dejado de llamar la atención por el aspecto que exhibió.

De hecho, en un programa del analista político Esteban Oria, quien estuvo acompañado por el presidente de VEPPEX, José Antonio Colina, y por el docente y también analista, Javier Vivas Santana, se comentó que, debido a su terrible aspecto, Padrino ya no es visto dentro del narcorégimen como una pieza que garantice firmeza dentro del estamento militar, sino más bien como una pieza que representa deterioro y debilidad.

Colina señaló que, a pesar de no tener pruebas, ya Padrino sufrió hace cuatro o cinco años un episodio de cáncer de próstata, situación que lo obligó a desaparecer unos meses, por lo que sería probable que este mal haya regresado con más fuerza, afectando seriamente su salud.

A juicio del militar venezolano en el exilio, esta sería la causa de su deterioro, y a la vez el motivo en el cual el aparato criminal chavista se excusa para lograr su posible reemplazo.

Según Colina, su sucesor más probable podría ser el actual comandante del CEOFANB, el general Domingo Hernández Lárez, a menos que surjan otras probables fichas entre los próximos ascensos.

Por su parte, Vivas Santana explicó que dentro del chavismo manejan la posibilidad de crear un nuevo organismo que unifique las funciones del poder popular con las del ministerio de la defensa, para desplazar de una vez por todas a este último ente, debido a la desconfianza de Nicolás Maduro hacia los militares.

No obstante, señaló que, si bien este nuevo despacho contaría con la presencia de un alto mando militar del narcorégimen, quedaría bajo el control de Diosdado Cabello, quien pasaría a ser una suerte de «superministro».

Los panelistas recordaron que en el último acto para conmemorar el 24 de junio, Maduro, aunque no asistió, envió un mensaje advirtiendo que no toleraría traiciones, revelando su temor a un alzamiento militar.

Mientras, Cabello sentenció su posición de dominio, afirmando finalmente «el que manda aquí soy yo», dejando por sentado ser quien tiene el control de las fuerzas armadas chavistas.

Maduro no se presentó al desfile por la conmemoración del 24 de junio

Caracas. – Nuevamente Nicolás Maduro no estuvo presente en el acto para conmemorar la Batalla de Carabobo y el Día del Ejército, como debió ser este pasado 24 de junio.

Tal como lo ha hecho en, por lo menos, tres ocasiones anteriores, el narcotirano no asistió al importante acto con motivo del festejo de una fecha patria.

En redes sociales, y algunos portales informativos, destacaron la ausencia del jefe del sistema criminal chavista, quien una vez alimentó rumores de todo tipo con su ausencia.

A pesar de tratarse de una de las fechas patrias más importantes del calendario venezolano, Maduro no estuvo presente en el desfile militar ni en las actividades oficiales junto al alto mando militar chavista.

En su lugar, fue notoria la presencia de altos funcionarios del narcorégimen, entre ellos Delcy Rodríguez, el presidente de la AN ilegal chavista, Jorge Rodríguez, el número dos de la tiranía, Diosdado Cabello, y el ministro de Defensa chavista, Vladimir Padrino López, entre otros.

Llamó la atención que fue Delcy Rodríguez quien asumió la tarea de otorgar algunos ascensos este pasado martes durante el acto, función protocolar que históricamente la han ejercido los verdaderos presidentes de turno.

Desde 2021 Maduro viene ausentándose del tradicional acto para conmemorar el 24 de junio, lo cual ha despertado rumores sobre el temor que tiene a ser víctima de un atentado, sobre todo a manos de militares venezolanos.

Si bien, tal como ha ocurrido en las ocasiones anteriores, la cúpula chavista no ha ofrecido explicaciones sobre la ausencia de Maduro.

Yerno de Edmundo González, Rafael Tudares, será llevado a juicio

Caracas. – El sistema criminal chavista decidió someter a juicio al yerno del presidente electo Edmundo González, Rafael Tudares, ya que un tribunal del narcorégimen aprobó el avance en el proceso que se le sigue.

Su esposa Mariana González, hija del exdiplomático, fue quien dio a conocer la novedad sobre la situación de Tudares, a quien la tiranía mantiene incomunicado, indicando que las autoridades del narcorégimen le informaron que su esposo será acusado —aun sin evidencias en su contra— por los presuntos delitos de «conspiración, terrorismo, asociación, legitimación y financiamiento».

Asimismo, recordó que Tudares fue llevado a audiencia el 13 de junio, durante la cual un tribunal de control admitió la acusación de la Fiscalía. Además, «se ratificó la medida privativa de libertad» y fue rechazada la solicitud de una medida sustitutiva a la privativa de libertad, como régimen de presentación y prohibición de salida del país.

También, enfatizó que hasta la fecha, por décima tercera vez en El Rodeo I, le han dicho que su esposo no se encuentra detenido ahí. «Hasta el día de hoy no me consta directamente dónde lo tienen», dijo.

Exigen identificar a asesinos del influencer Gabriel Sarmiento

Caracas. – El asesinato del influencer Gabriel Jesús Sarmiento, ejecutado mientras realizaba una transmisión en vivo, causó conmoción en todo el país, al punto que exigen a las autoridades del narcorégimen identificar a quienes le dieron muerte al joven.

Sarmiento pudo grabar a los sujetos que ingresaron a su casa el pasado domingo para asestarle seis tiros y luego herir a su madre, a quien se le escucha gritar pidiendo auxilio en la grabación.

Mientras Sarmiento murió en el acto, su madre pudo ser trasladada a un centro asistencial, pero está bajo pronóstico reservado debido al disparo que recibió en el abdomen.

Otro video difundido en redes muestra el boquete por el cual ingresaron los sicarios a la casa del joven para cometer el hecho. Abrieron un enorme hueco en la parte frontal de la casa para poder acceder por la fuerza.

Las imágenes de ambos sicarios se han hecho virales, pero se desconocen los datos de estos todavía.

Informaciones difundidas también en medios digitales, señalan a dos integrantes del «Tren de Aragua» radicados en ese estado, como los autores intelectuales de este asesinato: un sujeto llamado Rick Zerpa, y alias «Dientes Malvinas».

Sobre Zerpa dicen que usa como fachada ser “agente de béisbol juvenil”, pero es un jefe criminal que azota Maracay con total impunidad. Mientras, «Dientes Malvinas» opera desde el sector La Morita, en Turmero.

Las denuncias insisten en que es un crimen del «Tren de Aragua», y señalan que la estructura criminal opera en Venezuela, pese a que la Narcotiranía aseguró haberla desmantelado.