En la mira: los peligrosos cangrejos venezolanos

Por Ricardo Guanipa d’Erizans.

Voy a comenzar la columna de hoy con una metáfora, que podemos titular “El Pescador”. Se trata de un hombre que luego de varias horas caminando a la orilla del mar regresa a casa con su captura del día, una parte para abastecer su hogar con alimentos, mientras el remante tiene como destino la venta para satisfacer otras necesidades familiares con un poco de efectivo.

Un hombre de mayor edad observa a los lejos que a se aproxima el pescador con dos tobos plásticos, uno tapado y el otro sin tapa, llamando poderosamente su curiosidad y, sin vacilar ni un segundo, no dudo en preguntar al pescador que ya transitaba frente de su casa:

¿Disculpe la curiosidad señor, pero me pudiera decir cómo estuvo la pesca que lleva en los tobos? A los que el pescador responde “Bueno tuve un buen día, logreé capturar más de dos docenas de cangrejos” a los que el sabio octogenario pregunta ¿Pero veo que lleva un tobo tapado y el otro destapado? Y el pescador nuevamente responde “Así es, lo que pasa es que en un tobo llevo a cangrejos norteamericanos y en el otro a cangrejos venezolanos” a lo que el hombre vuelve a replicar al pescador ¿Cuál es la diferencia? Sencillo, el tobo de cangrejos norteamericanos lo debo tener tapado ya que si un cangrejo trata de huir el resto de los Cangrejos lo ayudan y así se escapan todos”. El Don, aun insatisfecho con la respuesta, vuelve con otra interrogante ¿Si, pero cual es la diferencia con los cangrejos venezolanos? Bueno los cangrejos venezolanos no representan ningún riesgo de fuga ya que cuando un cangrejo intenta huir y llega hasta al borde del tobo los otros cangrejos se encargan de halarlo por las patas hasta llevarlo nuevamente hasta el fondo del tobo”. Sáque usted mismo la moraleja del relato.

Así somos los venezolanos, depredadores sociales, quizás influya nuestro himno nacional que consagra el triunfo al egoísmo, quizás esa frase retumba inconscientemente en nuestras mentes “El vil egoísmo que otra vez triunfó”, simplemente porque gracias a nuestro himno los venezolanos somos egoístas, si queremos alcanzar algo y no lo logramos simplemente la conclusión es “Si no es para mí, no es para nadie” o “Si yo no soy feliz, nadie será feliz”.

Por esa razón no hemos podido desprendernos de ese cáncer político llamado socialismo del siglo 21 o chavismo, ese mal que ha hecho retroceder a Venezuela a más de cincuenta años en lo social, económico, tecnológico, moral, político, judicial, científico, militar, para convertir al pueblo en paria de los chavistas, socialistas, antiimperialistas, que son minorías, pero tienen el poder y las armas para marginar a la sociedad opositora que supera el 80% del país.

Sin embargo, varios de esos cangrejos venezolanos tienen nombre y apellidos, Henry Ramos Allup, Manuel Rosales, Julio Borges, Leopoldo Lopez, Eduardo Fernández, Felipe Mujica, Henrique Capriles, Félix Falcon, Adam Celis, Luis Vicente León y Gerardo Blyde  entre otros, pues, esos caníbales políticos se han devorado a muchos políticos ilustres; por ejemplo, Ramos Allud tiene entre sus entrañas los restos políticos de Carlos Andres Perez, Irene Sáez, Rafael Marín y Enrique Franceschi, por nombrar algunas de las víctimas de ese travesti político de Henry que es un servil al chavismo y a la internacional socialista liderada por el Foro de Sao Paulo.

Ahora nuevamente con hambre política, Ramos Allup ya controla Fedecámaras, la cual está utilizando como mediador entre Maduro y su camarada Joe Biden para levantar las sanciones de EE. UU. en contra del narcotraficante fugitivo Nicolás, para mantener su temido Cartel de Los Soles.

Pero los cangrejos de Henry Ramos y Rafael Rosales ahora tienen dos títeres como nuevos rectores del CNE elegidos por la cúpula chavista mas cruel e inescrupulosa dirigida por el pervertido psiquiatra Jorge Rodriguez y el ladrón de Elvis Amoroso que paso de ser mendigo a millonario para garantizar que Maria Corina Machado no pueda ser candidata presidencial en sustitución de cualquier hiena de la jauría opositora comprometida a legitimar a Maduro en la presidencia por otros 6 infernales años en Miraflores, ya que la Casona es el burdel del chavismo desde hace 24 años.

Los cangrejos cuentan con el apoyo de Maduro, Cabello, Jorge Rodriguez, Vladimir Padrino y su Cartel de los Soles y TSJ para tragarse a Maria Corina Machado quien goza del respaldo de más de tres cuartas partes de los venezolanos pero desgraciadamente sus aspiraciones serán truncadas por los cangrejos criollos.

Tristemente la metáfora de Antonio Ledezma y su delirante deseo  de una conjura militar para que se haga cumplir la constitución y las leyes del país es un rol que les queda muy grande a los “Militares en Pantaletas” comandados por el Narcotraficante en Jefe de Nicolás, quien pronto tendrá como aliado al camarada Biden, quien en demostración de afecto a Maduro envió a casa hace unos meses a los dos narco sobrinos de Maduro condenados a 18 años de cárcel por conspiración para introducir 800 kilos de cocaína en Estados Unidos, una gracia de las criaturas, mientras persigue y humilla a un expresidente norteamericano para llevarlo a la cárcel.

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Dios de libertad: el creador del hombre naturalmente libre

Por Roymer Rivas, coordinador local senior de Eslibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Cuando Jehová[1] crea al hombre, lo dota de una naturaleza singularmente distinta a las demás cosas de la creación; una que le permitiría manifestar en menor escala sus cualidades, ser lo que es: ser humano. Una vez hecho los animales, Dios pasa a crear al hombre “a su imagen y semejanza” (Génesis 1:24-27). Pero ¿Qué significa esto? ¿Es el hombre algún tipo de robot programado para ejecutar ciertas tareas o, quizá, una especie de esclavo que tiene que someterse a todos los caprichos de su creador? Las respuestas a estas preguntas no son un asunto sin importancia, pues, tratándose de la naturaleza humana, conocerlas ayuda a comprender la razón por la cual la humanidad ha sufrido tanto a lo largo de toda su historia.

En principio, como el hombre tiene la potencialidad de mostrar cualidades del Dios invisible, tenemos que conocer quién y cómo es para después entender la naturaleza humana. Jehová es el Todopoderoso, el creador de todas las cosas (Hechos 4:24; Apocalipsis 4:11), un ser de amor, perfecto y bueno que no tiene principio ni fin (1 Juan 4:16, 19; Marcos 10:18; Salmos 25:8; 90:2) y que en su inmensa bondad crea al hombre para hacerlo participe de su existencia. A priori, el poseer estos atributos, hacen gozar a Jehová de libertad absoluta; él habita en un clima ilimitado de acción libre en todo tiempo, es decir, puede obrar a voluntad sin restricción alguna dado que es un ser completo, independiente de cualquier cosa (Isaías 45:11, 12; Daniel 4:34, 35).

Entendiendo lo anterior, se puede decir que Jehová es Dios de libertad (2 Corintios 3:17). Y esto queda en evidencia cuando crea a criaturas inteligentes a su imagen y semejanza —es decir, con la potencialidad de manifestar su condición y cualidades, incluyendo la libertad, aunque todo en menor escala— y al proteger y defender dicha naturaleza en el tiempo. Por ello, el hombre tiene la facultad de recibir información de su entorno —percepción—, analizarla y valorarla gracias a su facultad de juicio, para luego tomar una decisión y actuar creativamente en base a ello; todo gracias a la razón y el libre albedrío con los que fue dotado en el principio.

Esta condición libre, sumada al componente creativo, es lo que permite al hombre ejercer su empresarialidad valiéndose de los medios a su alcance para alcanzar sus fines. Sin embargo, he dicho que el hombre puede manifestar la condición y cualidades de Dios en menor escala, y es así porque el ser humano no puede crear cosas al nivel de Dios y mucho menos goza de libertad absoluta; su libertad es relativa en la medida en que está limitada por su misma condición y el entorno. Por ejemplo: nadie tiene la libertad de volar al saltar de un edificio —la ley de la gravedad se lo impide—; o nadie tiene la libertad de violentar la libertad de un tercero, puesto que todos somos naturalmente iguales en cuanto a constitución humana y, por consiguiente, iguales en derecho; de hacerlo, la persona tendrá que afrontar las consecuencias negativas de su acción.

No obstante, las limitaciones humanas son necesarias para su existencia y no son coactivas —la coacción no es lo mismo a tener límites establecidos y solo puede ser de hombre sobre hombre—. Incluso el mismo Jehová por amor establece sus propios límites de su absoluta libertad para hacer lo que es correcto, se contiene de actuar de una u otra manera en diversas circunstancias a pesar de que nada fuera de él mismo se lo impide (Isaías 42:14); y una muestra de ello fue la conversación que tuvo con Abrahán cuando se disponía a eliminar Sodoma (Génesis 18:22-33). Los límites naturales a la libertad humana no lo cohíben de conseguir sus fines y ser feliz siempre y cuando no dañe a otro.

Esta misma condición es lo que permite que, en lugar de actuar contra otros, espontáneamente los individuos ejecuten acciones —muchas veces sin darse cuenta— en función de otros y la sociedad se coordine consiguiendo avanzar civilizadamente. Por tal motivo, en resumen, se puede decir que bíblicamente la libertad es la condición natural del hombre en el que puede obrar a voluntad sin ningún impedimento más que las impuestas por la misma naturaleza; para esto cuenta con facultades físicas y mentales que le permite percibir, analizar y valorar el entorno en el proceso de toma de decisiones que terminaran por materializarse en acciones.

Es por ello que limitar la libre acción humana coactivamente no puede tener otro resultado que daños sociales. Dios lo entiende así, por ello defendió la libertad de su pueblo escogido cuando fue esclavizado por Egipto y los libró de la mano de otros adversarios que querían someterlos (Deuteronomio 7:7, 8; Jueces 7:9-15, 20-22), además, la ley establecía que si un hebreo era vendido por otro o se vendía a sí mismo en esclavitud debido a su pobreza, tenía que ser libre al séptimo día de su servidumbre o en el año de jubileo[2] —lo que llegara primero— (Levítico 25:10, 39-41; Éxodo 21:2; Deuteronomio 15:12).

Por esta razón, cuando el hombre con poder comienza a abusar de su libertad y somete a sus semejantes con el fin de modificar sus comportamientos para amoldarlo a sus propios fines, atenta contra la condición original del ser humano y las personas sometidas ven limitadas contranaturalmente sus opciones y decisiones que les permitirán aprovechar de la mejor manera los medios a su alcance que, a su vez, les ayuda a aumentar las probabilidades de éxito en la consecución de sus fines. Por este motivo dice la Biblia que “el hombre ha gobernado al hombre para su propio mal” (Eclesiastés 8:9), porque el hombre no fue creado para ensalzarse o alzarse por encima de sus semejantes.

En este punto aclaro que el problema no es el hombre en sí mismo, mucho menos la libertad con el que fue creado —porque sin dicha libertad no seriamos humanos en la misma dirección y sentido en como entendemos «ser humano»—, más bien el problema es que un hombre o grupo de hombres se encuentren por encima de otros y al mismo tiempo tenga poder para violentar su libertad. A priori, un hombre puede estar por encima de otros por concesión, porque tiene autoridad moral y otros decidieron brindarle poder —lo que implica necesariamente que en cualquier momento puede perderlo si así lo decide la fuente de su poder—, pero la cosa cambia cuando alguien se encuentra por encima de otros por medio de la violencia, porque tiene la fuerza de someterlos; en este contexto la balanza se inclina a favor de unos en detrimento de otros.

Lo anterior queda ilustrado a lo largo y ancho de la historia humana: no es de extrañar que las grandes tragedias de la humanidad —dejando de lado los desastres netamente naturales, que escapan de su poder—, como guerras, hambre y muerte, se deben al abuso de poder que cometen ciertos hombres sobre otros; y que el avance de la civilización se deba al buen uso de la libertad que ejercen los actores sociales y que, a pesar de que siempre son en pos de satisfacer deseos propios, ayudan a quienes le rodean.

En palabras un poco poéticas: “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”, tal como dijo Lord Acton. Pero las ansias de poder, de sobresalir y estar por encima de los demás a toda costa, también es la causante de muchos males. Es bíblico. La tentación de abusar del poder para conseguir fines propios a costa de otros en la que se encuentran quienes gozan del mismo es suprema, resistirse a eso es difícil y sus consecuencias son nefastas.

Por tal motivo, es necesario velar por la libertad, porque es lo único que permitirá alcanzar pleno desarrollo y progreso para la sociedad. El ser una condición natural —instituida directamente por Dios— significa que no hay grises buenos cuando se trata de elegir qué camino tomar para alcanzar la felicidad individual y, por extensión, social —que los miembros de una sociedad puedan describirse «felices»—. La cuestión es: libertad o esclavitud. A modo de ilustración: el mundo tiene que elegir entre el blanco, el negro o los grises; el blanco es la libertad, es seguir el camino de Dios responsablemente afrontando las consecuencias negativas o positivas de nuestras acciones; el negro es la esclavitud absoluta y los grises son tipos de esclavitud con grados menores, es decir, estar sometido a las directrices de terceros en perjuicio de nosotros mismos.

Desde la rebelión de Adán y Eva (Genesis 3:1-7), en donde rechazaron la autoridad divina junto a las condiciones humanas naturalmente establecidas, en todo tiempo a la humanidad ha sido víctima de gobiernos coactivos de hombres sobre hombres de una u otra manera; esta es la causa del sufrimiento humano o la razón por la cual no se han encontrado soluciones a problemas que, en otras circunstancias —en libertad— ya hubieran encontrado solución; porque la humanidad se encuentra restringida por sí misma en cuanto a lo que puede potencialmente lograr. Pero si luchamos por “la gloriosa libertad de los hijos de Dios” (Romanos 8:21) las cosas pueden cambiar.

La verdadera libertad es el único camino a la felicidad, no hay otro. Jehová dice en su palabra que “el que mira con cuidado la ley perfecta, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino que hacedor la obra, éste será feliz en lo que haga” (Santiago 1:25); y da la casualidad que la ley es “amor” (Romanos 13:8-10; Corintios 13:13), y quien ama no daña a sus semejantes cuando trabaja para lograr sus metas, sino que respeta irrestrictamente el proyecto de vida ajeno —en tanto y en cuanto no vea atacada su propia libertad—. Por amor, Dios dio al ser humano una naturaleza singular que le permitiese disfrutar responsablemente de la vida a plenitud.

Es por este motivo que es inadmisible el silencio y/o la apatía cuando este derecho natural es atacado por terceros; la verdadera libertad debe ser defendida y protegida en todo tiempo y a toda costa, porque es una exigencia inseparable de la dignidad humana; y todos aquellos que la defienden pueden estar seguros de que tienen de su lado al Supremo Creador Jehová, el Dios de la Libertad.[*]


[1] La Biblia indica que el nombre de Dios es Jehová (Salmos 83:18; Isaías 42:8; 54:5; Miqueas 4:5), cuya abreviación poética es Jah (Salmos 68:4; Isaías 26:4).

[2] Se llamaba así el año que seguía a cada ciclo de siete periodos de siete años; es decir, pasado 49 años, el año siguiente –numero 50– era el año de jubileo. El cual tenía las mismas características que el año sabático según la ley (Levítico 25:8-12).

[*] Este ensayo fue publicado por primera vez en la Revista Nueva Libertad, número 10, publicada por Caminos de Libertad, y se puede encontrar en la Biblioteca Ricardo Salinas Pliego.

A los venezolanos en el exterior

Por Leroy Garrett.

El calendario del FRAUDE del 2024, asoma el comienzo de otra desgraciada tradición; avivar al venezolano en el exterior a que vote para luego ver el espectáculo de la quema de sus esperanzas cerca de Maiquetia como muestra la gráfica que acompaña mi nota de hoy.

La flamante candidata opositora ha sido una de las fervientes impulsoras del voto “a trocha y mocha” en este cuarto de siglo de barbaridades —recuerden a “SÚMATE”—. Aunque la señora Machado y aquellos que la han precedido o acompañan saben de sobra que votando pura y simplemente en la condición presente, con la hegemonía chavista, ¡No llegamos a nada!

El daño más artero y traidor hecho a los venezolanos en estos tiempos de retrocesos y abusos, lo hicieron los “cónsules” Leopoldo López y su marioneta Guaidó. Ellos y su pandilla, entre los que destacan Julio Borges y otros de trágico recuerdo, se encargaron de desacreditarnos en la comunidad internacional con laceraciones y descreditos que han causado la presente indiferencia foránea a la ya añeja tragedia venezolana.

Hoy, a los ojos de las naciones que nos apoyaban fervientemente hacia la salida democrática, todos los venezolanos o somos chavistas o los defendemos y abogamos para que les quiten las sanciones.

Por ello, vale hacerse dos preguntas: ¿Necesitamos los «venezolanos en el exterior» a Ledezma como el mensajero de la nueva mesías? La respuesta es un rotundo NO; ¿Necesitamos el exilio venezolano volver a participar de este circo que legitima a opositores y dictadores para que nada cambie en Venezuela? La respuesta también es ¡NO!

El chavismo no va a entregar el poder por la vía pacifica.

En mi reciente escrito afirme acerca de nuestra carencia de estatus como nación. Sin caer en preceptos filosóficos, un país donde se profanan sus héroes y se saquean los cementerios no es una «Nación».

En este sentido, ¿Que nos queda al frente a los venezolanos en el exterior? Muy simple: organicación; una ajena a los opositores colaboracionista por acción u omisión de la dictadura, identificados en las naciones que habitamos nombrando un «Gobierno en el exilio» cuya principal tarea es limpiar el legado de porquería hecho por los “próceres” arriba mencionados.

También, que se establezca un plan de salvación de la republica, articulandose una metodología para la gobernabilidad de 20 años, definido en líneas maestras y duración en el tiempo que deben ser aplicadas por cualquier grupo político en el poder luego de aplastada la tiranía.

Tengamos en cuenta que es un trabajo indispensable el que tenemos al frente, pero es el necesario, históricamente alineado y realmente gratificador. Orientemos nuestras intenciones en esa meta. Lo demás es ridículamente intrascendente.

Sofismas Económicos, Hombre-Masa y propaganda

Por: Omar E. Ramírez R. Coordinador Local Senior de Estudiantes por la Libertad Venezuela.

Hace un año, a finales de agosto en Venezuela se popularizó una campaña en redes sociales en la que muchas personas exigían cerrar una página de Instagram que funciona como monitor del precio del dólar en el país. Pues la responsabilizaba del aumento de precios y de la inflación, culpandola a su vez del aumento en el precio del dólar paralelo. Hablaré sobre los sofismas económicos que influyen en este pensamiento y, especialmente, sobre el hombre masificado por la propaganda y su respuesta a ella.

Sofismas Económicos

En el pasado ya expuse las razones por las cuales no es culpa del monitor y de por qué el verdadero culpable es el Banco Central de Venezuela (BCV). Refresquemoslas ideas generales en este apartado antes de pasar al punto de hombre masa.

El rechazo a esta página brota desde la adopción de sofismas por el desconocimiento sobre cómo funciona la economía. En esto no culpo a las personas, pues el sistema educativo venezolano es deficiente, especialmente en estos temas, y a eso se suma la promoción de sofismas por parte de los aparatos de propaganda del Estado venezolano. En este sentido, cabe destacar que un sofisma es una Razón o argumento falso con apariencia de verdad, que normalmente los políticos populistas y malos economistas utilizan con la intención de engañar. A la definición de argumento falso, se le suma la intención de engaño, y muchas veces implica estrechamente lo que Bastiat llamó Silogismo en su tratado Sofismas Económicos; y es enseñar verdades a medias. Por ello, un sofisma económico puede entenderse como un argumento falso o verdad a medias que se enseña con la intención de engañar.

Esta página solo funciona como indicador del precio del dólar en el mercado negro, es decir, muestra un promedio de los precios en los que distintas casas de cambio transan el dólar. Este precio, es EL precio de mercado o punto de equilibrio, el cual es producto de las interacciones entre la oferta y la demanda. Por lo tanto, La idea de que el precio del dólar lo establece una página de Instagram es un sofisma. La aparición de este mercado negro —del cual la página solo funciona como monitor— es consecuencia de las acciones del gobierno.

En contraste, el precio que establece el Banco Central de Venezuela no es resultado específicamente de la oferta y la demanda, sino es una imposición. Se trata de una intervención en el mercado cambiario que funciona como política de precios máximos. «Cuando un precio máximo se establece por debajo del precio de mercado —o del punto de equilibrio—, genera escasez del bien en cuestión y el surgimiento de un mercado negro. En este último, se da respuesta a esa escasez, vendiendo las cantidades del bien al precio real. Si al mercado se le cierran las puertas, entra por las ventanas y termina imponiéndose; y es preferible que entre por la puerta.

Hombre Masa y Propaganda

Habiendo refrescado las ideas puramente económicas en este tópico, y entendido que no es momento de desenmascarar sofismas, hoy, a un año de los sucesos mencionados al principio, es hora de resaltar hechos relevantes. Estos se refieren a la masificación de muchos venezolanos y a la amputación de su criterio propio por parte de la propaganda del régimen.

En primer lugar, es interesante recordar como personas influyentes en redes sociales comenzaron a pedir el cierre de la página, creyendo que esto sería la solución al problema de la inflación, sin investigar las causas reales del problema. Esta actitud es comparable a un padre que arroja al piso un termómetro para curar la fiebre de su hijo. Y, sin ningún respeto por la teoría económica, comenzaron a hablar sobre inflación y precios, usando falacias y mentiras de todo tipo:

  • Falacia del Pensamiento circular, algo que fue común escuchar y leer en publicaciones que se dedicaron a cantinflear —hablar y hablar sin decir nada— fueron cosas como “el precio del dólar es culpa de los comerciantes y de la página que lo monitorea, pues el precio que ellos ponen, es el que usan los comerciantes,” y escribían largas cadenas de WhatsApp o posts sin explicar siquiera qué es un precio.
  • Una gran mentira, como expliqué arriba, y en el artículo que cité, el precio del dólar no lo determina una página de Instagram, sino que es un proceso de mercado.
  • Falacias Ad-Hominem, pues cuando intenté explicar el asunto, muchas veces me respondían a mí, con insultos o calificativos cómo “facho neoliberal explotador lamebotas de los viles comerciantes que roban al pueblo y son los culpables de todo”, aunque no fueran capaces de explicar satisfactoriamente por qué los comerciantes eran los culpables.

Así, Nunca podían dar una definición de conceptos como mercado u oferta y demanda, pero pretendían refutar a quienes con argumentos, ejemplos y evidencia querían explicar y hallar las causas reales de la inflación.

Peor fue ver como mucha gente les seguía. Da tristeza verlos escribir en sus redes “yo no soy oficialista, pero lo que dicen de la página es verdad”, luego de años de propaganda. Aun cuando sientan profundo odio hacia el gobierno, siguen creyendo en las mentiras que éste promueve. Como la idea de que la solución está en mayor intervención estatal, o que los problemas económicos son culpa de una clase burguesa que está en constante lucha con el pueblo —esto era lo que reflejaban frases cómo “es que los comerciantes abusan”—.

Sucede que uno de los principios de la propaganda termina siendo ese. En palabras de Joseph Goebbels, ministro de propaganda Nazi, “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”. Con esta intención se promueven las peores falacias y sofismas posibles para concretar los otros principios de Simplificación y Enemigo Único, a saber, vender la falsa, pero simple idea de que la inflación es culpa de los comerciantes o quienes administran la página. El enemigo termina siendo de nuevo “la burguesía” —ahora encarnada en los comerciantes— y usando el principio de Transposición, o de trasladar, la responsabilidad por la inflación del BCV al monitor de Instagram.

La propaganda buscar masificar a los individuos, suprimiendo y criminalizando su criterio propio para insertarlos en una masa amorfa fácil de dirigir ; crear una nueva tribu en la que cada uno de sus miembros defendería a muerte cualquier consigna, cualquier falsa idea, cualquier “post-verdad”, o cualquier sofisma, siempre que sea la de su cacique o líder —al que muchas veces ni siquiera pueden identificar plenamente—.

Llegan incluso a cambiar de líder o mensajero divino, o a cambiar fácilmente el sofisma que defienden como si de ello dependiera su vida. Al punto que tan rápido como apareció el sofisma de que una página de Instagram era la culpable, desapareció del ideario colectivo.

Esto nos plantea un gran reto a los defensores de la libertad, y sobre todo, de la verdad. Querer buscar la verdad y usar el tan criminalizado criterio propio en medio de tanta conformidad supone, muchas veces, exponerse a insultos o ser condenado al ostracismo. Las voces críticas son a menudo despreciadas, a pesar de que el tiempo pueda darles la razón. Esto hace que muchos deseen profundamente haberse equivocado al advertir, por ejemplo, que la excesiva inyección de dinero para el pago de bonos al sector público traería consecuencias nefastas.

Al final, quienes desenmascaran sofismas y se esfuerzan en liberar a sus hermanos de la conformidad, advirtiendo incansablemente sobre el peligro que se avecina, son quienes más desean haberse equivocado. Lo hacen en medio de una situación comparable a un incendio, donde tanto combustible está junto y expuesto al calor suficiente para iniciar una mecha.

El cáncer de la corrupción: una consecuencia de las restricciones a la libre acción humana

Por Roymer Rivas, Coordinador Local de EsLibertad Venezuela y Teórico del Creativismo Filosófico.

Hoy día se escucha hablar mucho sobre la corrupción; dudo que una persona, más si se encuentra en Venezuela, sea ajena a este fenómeno. Esto es así porque la corrupción es un mal generalizado, un cáncer en metástasis. Pero ¿Por qué la corrupción es un cáncer? Para responder esta pregunta y encontrar las similitudes entre el fenómeno social y la mortal enfermedad, primero hay que saber qué es y/o significa corrupción, qué es el cáncer y cuáles son sus causas.

El término “corrupción” proviene de las palabras latinas corruptio y corrumpere; la primera hace alusión a la acción de alterar o destruir por putrefacción, por lo que, en palabras simples, es la acción de pervertir y/o dañar; mientras que la segunda significa arruinar, echar a perder, quebrar, hacer estallar; con esto en mente, se puede entender por qué el termino está relacionado con suciedad, inmoralidad, decadencia, ilegalidad y degeneración.

En este sentido, la corrupción es, pues, una alteración del orden establecido, un quiebre del proceso, una perversión de lo que debería ser; y esto puede ocurrir tanto en el ámbito privado como en el público, siendo esta última en donde más se presenta. Cuando un funcionario usa los medios, funciones o recursos públicos para beneficio propio, no está haciendo más que alterar el orden mediante la perversión de sus funciones y, en consecuencia, dañar a la sociedad.

La corrupción no es nueva, corre paralelo con la historia de la humanidad; apelando a la Biblia, por ejemplo, ya hace por lo menos unos tres mil quinientos años que la ley de Moisés condenó el soborno, que eran las dádivas con la que se conseguía que la autoridad hiciera algo en favor de una persona (Éxodo 23:8; Deuteronomio 10:17, 19). En ese entonces ya se tenía claro que los actos de corrupción socavan la estructura de la sociedad pues “cegaba los ojos de los sabios y torcía la palabra de los justos”. El Rey Salomón escribió al respecto que “con justicia, el rey le da estabilidad al país, pero el hombre que acepta sobornos la lleva a la ruina” (Proverbios 29:4); es decir, según la Biblia, mientras que la justicia afianza el país, la corrupción las destroza.

Por otra parte, el cáncer hace referencia a cantidad de enfermedades varias que se caracterizan por el desarrollo y división descontrolada de células anómalas. La enfermedad es causada por mutaciones en el código genético (ADN) de las células, es decir, por una alteración de las instrucciones que debería de cumplir cada gen individual que conforma el ADN. Estas alteraciones hacen que la unidad no ejerza su función normal y se convierta en una célula cancerosa.

Pero ¿Cuáles son las causas de las mutaciones genéticas? Por lo menos dos posibles, la primera, aunque se trate de un porcentaje de casos extremadamente pequeño, es que se herede de los padres una mutación genética —nacer con la mutación—, la segunda, que es lo que mayormente ocurre, es que la mutación genética sea ocasionada por diversos factores que no hacen más que alterar el orden establecido, tales como el tabaco, la radiación, algún virus o químico, obesidad, entre otros[1]. Por lo tanto, se puede decir entonces que la corrupción es un cáncer, no solo por la enfermedad en sí y sus consecuencias, sino también por las causas que la generan.

Del mismo modo en que toda célula es propensa a ser cancerosa, todas las personas son propensas a corromperse —sino Dios no hubiera tenido que condenar la corrupción—; este podría ser el componente “heredado”, un gen, por así decirlo, que todos llevamos dentro. Entendiendo esto, a priori, se concluye que cada individuo decide si realizar un acto corrupto, o no, en un momento determinado.

Ahora bien, también es cierto que las circunstancias que rodean a una persona hacen que sea más o menos propensa a corromperse. El cáncer de la corrupción es producto de una sucia modificación de las circunstancias, una alteración anómala o deterioro/perversión de las instituciones sociales que lleva a las personas a apelar a la viveza como una respuesta de supervivencia al contexto en el que se desenvuelve; es por ello que la causal del fenómeno se encuentra íntimamente relacionada con el concepto de acción, por los efectos que las acciones pueden tener sobre las personas y, por extensión, las instituciones.

Axel Capriles lo resume muy bien al decir que “el pícaro —el vivo— es, de hecho, una psicología de supervivencia”[2]; al ser el humano una especie adaptativa, éste desarrolla aspectos en su personalidad para enfrentarse al mundo que les rodea, aspectos que definirán las acciones a realizar en pos de alcanzar sus fines. Por lo que las instituciones, la cultura y, en suma, la estructura social, ejercen una fuerte influencia en las decisiones que toma una persona en su día a día.

Dicho de otro modo, la perversión de las instituciones que permiten la vida en sociedad constituye ese factor que altera el orden social, influyendo en las personas de tal manera que estas se ven obligadas, o por lo menos son más propensas, a realizar acciones que en otras circunstancias no hubieran realizado por no tener los incentivos para hacerlo. Una vez que las instituciones son socavadas, estas dan lugar a “ciertas conductas y estilos de comportamientos” que se transmiten de forma pasiva a la sociedad, a la vez que son “sumamente difíciles de detener” por su inercia y “sólo se apaciguan con el desgaste y el correr del tiempo o con el desarrollo de tendencias contrarias con fuerza suficiente para servir de contrapeso”[3].

La razón por la que las instituciones —jurídicas, mercado, dinero, entre otras—, que son “comportamientos pautados propios y ajenos”[4], modelos repetitivos o patrones de conducta que se llevan a cabo en la sociedad y que surgen de forma espontánea —no deliberada— como resultado de un proceso evolutivo en el que todos los actores sociales interactúan entre sí e intercambian información del tipo practica —tacita e inarticulable—[5], se pervierten, es por intentar organizar ex-profeso a la sociedad; lo que se traduce en restricciones a la libre acción de los individuos.

Para comprender esto es necesario entender que una realidad humana es que cada ser es singular y hace las cosas movido por sus propios deseos internos y no por motivos o deseos ajenos, incluso cuando parece que una persona realiza ciertas acciones motivadas por deseos de un tercero, la fuerza subyacente que empuja a realizar dichas acciones es en realidad su voluntad, sus anhelos. En pos de satisfacer sus deseos, el individuo, que posee un componente empresarial innato, busca, descubre y aprovecha la información que percibe del contexto en el que se desenvuelve para emprender una serie de acciones que terminaran por crear nueva información ex-nihilo que será aprovechada por los demás actores; en consecuencia, la sociedad se coordina y comienza a ajustarse en base a esa nueva información. Todo de forma espontánea.

Así pues, en este proceso, el individuo realiza un cálculo económico subjetivo que le permitirá tomar decisiones con respecto a cuál cree él es la mejor manera de usar los medios a su alcance para lograr sus fines.

Cuando se intenta controlar los campos de acción en los que los actores sociales se desenvuelven, en realidad lo que se está haciendo es tratar de controlar/limitar el libre ejercicio de su empresarialidad innata para valerse de los medios a su alcance que, a su vez, les permitirá alcanzar sus objetivos de la mejor manera posible; el efecto ineludible de este control —coacción— es el estancamiento social y, en casos extremos, la involución.

Como es imposible ir contra la naturaleza humana sin obtener funestas consecuencias, esto no hace más que activar el lado picaresco de las personas como una medida de supervivencia, ya que, dada las circunstancias, es lo único que les permitirá la consecución de sus fines con el menor costo en tiempo, información y/o hasta monetariamente; si bien no en todos los casos, el valor que le asigne cada individuo a los medios y fines dependerá de cada persona —subjetividad— de acuerdo a su contexto.

En efecto, de la misma manera en cómo la corrupción es inherente a la condición humana —un posible acto de corrupción siempre tendrá espacio en el previo cálculo económico subjetivo que realizan las personas para decidir qué acciones emprender con la finalidad de alcanzar sus objetivos—[6], también es cierto que esa condición, ese componente hereditario, no es un cáncer en sí mismo; es decir, la mutación genética heredada predispone a la persona al cáncer —la corrupción—, pero eso no implica con certeza que la persona, y, por extensión, la sociedad, padezca de cáncer. La mutación genética solo lo hace susceptible de padecer la enfermedad —incurrir en un acto de corrupción— si se ve expuesto a determinadas circunstancias —las condiciones del entorno, las instituciones— que, mezcladas, si provocan la mortal enfermedad.

Por tanto, la estructura institucional juega un papel importante a la hora de incentivar la corrupción o, por el contrario, servir de contrapeso a esa condición humana y desincentivar los actos corruptos en la sociedad.

Si una persona al realizar su cálculo económico se fija que el costo de obedecer las instituciones establecidas, el costo de acatar la norma, es superior a los beneficios obtenidos por acatarla, entonces tiene el incentivo para quebrar el orden establecido, saltar el proceso e incurrir en un acto de corrupción, no porque la persona en si misma este enferma y por ello realice un acto de corrupción, sino porque el contexto generó una serie de mutaciones en su ser que le hicieron despertar su viveza con tal de aprovechar de la mejor manera —en base a su cálculo subjetivo— los medios a su alcance para la consecución de sus fines. Por ello, si las personas deciden ejercer acciones al margen de la norma, si una sociedad en general —no casos aislados— es caracterizada por ser corrupta, entonces, a priori, las normas por las que se rigen son ineficientes porque el costo de acatarla es superior a sus beneficios. Todo se resume en ese cálculo económico —valoración de medios y fines— que permite a los actores tomar una decisión que mejor se adapte a sus deseos.

Con todo lo expresado hasta ahora se puede observar como las causas de la corrupción radican en la débil institucionalidad causada por las restricciones a lo único capaz de crear instituciones fuertes y, en consecuencia, una sociedad feraz sostenida en el tiempo, a saber, la libre interacción humana en el ámbito de la propiedad privada.

Esta teoría queda ilustrada con la evidencia empírica cuando se observa la correlación que existe entre libertad[7]  y corrupción; a mayor libertad, menor corrupción, y viceversa[8].

Ahora bien, como todo cáncer, las repercusiones que tiene el fenómeno de la corrupción en la sociedad son nefastas; de hecho, puede causar la muerte del pleno progreso social en caso de no hacer las correcciones que permitan crear las condiciones necesarias para el desarrollo de una sólida estructura institucional.

Para empezar, existen muchos tipos de corrupción y no todas tienen las mismas repercusiones negativas. Sí, la corrupción se presenta cuando quien está en una posición de poder abusa del mismo para beneficios particulares y siempre en perjuicio de la sociedad, pero no todos los actos vierten directamente en los mismos resultados; un soborno para que el parlamento decida aprobar una ley que limite la competencia en el mercado no tendrá las mismas repercusiones que un soborno para omitir una infracción de tránsito; la primera permitirá a cierto grupo de interés crear un monopolio u oligopolio que se traducirá, muy probablemente, en dar a la sociedad productos de baja calidad a un alto precio[9]; la segunda no trasciende de forma activa y material, pues solo queda como un gravamen a la persona que decidió pagar el soborno.

Sin embargo, ambos hechos son perjudiciales; en el primer caso, la sociedad debe conformarse a los malos bienes y/o servicios; en el segundo, si bien no perjudica a otros de forma directa —material—, junto al primero, transciende de forma pasiva, es decir, comienza a transmitirse la información de que con un soborno puedes evitar los altos costos de someterse a la ley —en este caso, derogar el monto que la misma exige; ahorrando de esta manera el tiempo y esfuerzo que requiere su cumplimiento—.

Por esta razón, el costo que paga la sociedad por la existencia de hechos de corrupción, más allá de la mala inversión, de la redistribución de la riqueza, de los efectos negativos en las finanzas públicas que se traduce en pérdida de confianza en el Estado y, a su vez, repercute en baja calidad de vida para quienes dependen de una u otra manera de él[10], o de la baja rentabilidad y eficiencia de las empresas en donde el fenómeno se presenta en altos niveles —mayormente en las empresas estatales—, entre otros problemas; más allá de eso, el costo de la estructura del sistema corrupto —y corruptor— es que perjudica a los más desfavorecidos y afianza la pobreza, ya que ciertos agentes son los más beneficiados por recibir ventajas comparativa sobre aquellos que no pueden incurrir en el mismo hecho por circunstancias cuales sean —o lo pueden hacer pero a un costo mucho mayor—. Al final, “la corrupción no es más que una forma de opresión”[11].

En la misma línea, da la casualidad que quienes se encuentran en el primer escalón de la pirámide de poder, los políticos, son quienes aprovechan sus posiciones para seguir creando condiciones que les permitan obtener más ganancias, y el instrumento que usan para ello son las instituciones jurídicas. No es que la corrupción hace que el Estado cree leyes ineficientes, es que primero se crean las leyes ineficientes y, más tarde, están darán fuerza al lado picaresco de los actores sociales.

Una vez inicia ese proceso, comienza a “multiplicarse la mutación genética”, es decir, el cáncer comienza a extenderse —metástasis—; los políticos se dan cuenta que pueden sacar grandes beneficios de los actos de corrupción y, en consecuencia, comienzan a crear leyes que pretenden hiperregular cada una de las acciones de los individuos para que estos se vean obligados a incurrir en actos corruptos, o, por otro lado, bajo supina ignorancia de la realidad, comienzan a intentar atacar el fenómeno creando discrecionalmente más leyes para controlar a la sociedad pensando que esto ayudara a disminuir la corrupción cuando no hace más que auspiciarla; es como si se tratara de curar el cáncer de mama con más mutaciones genéticas en otras partes del cuerpo, esto es, crear más cáncer. En resumen, sea como sea, los resultados son los mismos.

Por otra parte, el fundamento que sostiene la estructura de la corrupción es aún peor; esto es, que el costo por excelencia que paga la sociedad es su desmoralización y degeneración. Un sistema corrupto inhibe el desarrollo social, erosiona los valores morales a tal punto que, si no se detiene a tiempo, pasa de ser un caso aislado que causa asombro a convertirse en algo normal y necesario para poder sobrevivir —poder desarrollar las actividades económicas—[12].

En ese escenario, los agentes coaccionados “descubren empresarialmente que tienen más posibilidades de lograr sus fines si, en vez de tratar de descubrir y coordinar los desajustes sociales aprovechando las correspondientes oportunidades de ganancia que los mismos generan, dedican su tiempo, actividad e ingenio humano a influir sobre los mecanismos de toma de decisiones del órgano director [Estado]. De manera que un volumen impresionante de ingenio humano —y mayor conforme más intenso sea el socialismo [intervencionismo].— se dedicará constantemente a idear nuevas y más efectivas formas de influir sobre el órgano director con la esperanza real o imaginaria de conseguir ventajas de tipo particular”[13]. En otras palabras, la corrupción llega, crece y se impone en el inconsciente colectivo, los actores sociales comienzan a desear alcanzar un cargo público para comenzar a sacar ventaja personal de ello. De esta manera, ya las personas no comienzan a disciplinar sus acciones en función de los demás, “sino que tratan de hacerse con el poder o capacidad de influir sobre el órgano director, con la finalidad de utilizar sus mandatos coactivos para imponer por la fuerza a los demás ventajas de tipo particular”[14]. La famosa frase de Germán Valdés (Tin-Tan) resume este fenómeno al decir: “yo siempre le pido a Dios que no me dé, sino que me ponga donde haya”.

En resumen, el sistema político tiene los incentivos necesarios para que las personas que se encuentran sumergidas en él se corrompan y comiencen a valerse de sus poderes y funciones para crear el marco institucional/social en el que ellos puedan recibir beneficios particulares. En esta etapa se pervierte la justicia y, en suma, en todas partes inicia un proceso de mutación de las instituciones que termina por hacerlas débiles y arruinarlas[15], la sociedad comienza a decaer.

Si es la libre acción humana, el ejercicio de la empresarialidad, la que permite en un periodo de tiempo crear y fortalecer las instituciones que, a su vez, terminarán por regir las acciones emprendidas por los mismos, que posteriormente dará paso al avance de la civilización, el limitar/restringir esas acciones lo único que hace es condenar a todos a una destructiva espiral descendente rumbo hacia la destrucción. Al desmoralizarse la sociedad, las acciones que los individuos emprendan no serán en función de otros, por lo que no se crea la información necesaria para coordinar a todos los actores sociales, decaen todas las instituciones, dirigiendo así a la misma por un camino rumbo a la más míseras condiciones que se puedan imaginar[16].

Por último, llegados a este punto, es necesario dar respuesta directa a una pregunta: ¿Cómo puede evitarse la corrupción?

Fundamentalmente, eliminando las condiciones que dan fuerza a la corrupción. La arquitectura política, económica, legislativa, cultural y, en definitiva, institucional, de la sociedad debe ser sólida; y, para lograr eso, es necesario respetar la libertad y la propiedad privada de todos los actores sociales.

Solo respetando el proyecto de vida de todos los actores que conforman la societatis, lo cual compromete a establecer límites claros entre la propiedad privada y la pública, se puede evitar la corrupción generalizada y convertir los actos corruptos en hechos anómalos, aislados. La institución legislativa toma fuerza en esta parte puesto que será la encargada de modificar las condiciones presentes que permitirá, al transcurrir un periodo considerable de tiempo, el desarrollo de tendencias contrarias que servirán de contrapeso, abriendo camino hacia la armonía social.

En este orden, el trabajo de la institución jurídica —el derecho— no debe ser crear normas por crearlas, dando paso a la hiperregulación, volviendo al ciclo y alimentando así la enfermedad, sino establecer conceptos claros, no sujetos a interpretación, sobre la propiedad privada que permitan el libre ejercicio de la función empresarial —empresarialidad— de los individuos; es decir, crear el marco en el cual los agentes realicen acciones racionales en base a sus cálculos económicos. Esto se traduce en leyes sencillas, eliminación de procedimientos innecesarios –burocracia—, en más libertad.

En base a esto, se puede inferir que el rol del Estado en la economía será nulo[17]; que el desarrollo social resultante de la libre acción de los individuos llevara a desincentivar la corrupción, tanto en el ámbito público como en el privado, por reconocer y aceptar tácitamente que los beneficios de acatar la norma sobrepasan los costos de acatarla; también, que la libre prensa será un contrapeso importante para este cáncer ya que ayudara a que los fenómenos —mutaciones— externos no se mezclen con la alteración interna —corrupción inherente a la condición humana— o influyan de tal manera que haga despertar al pícaro que todos llevamos dentro[18]; y que la mayoría de los procesos, sino todos, serán transparentes, ya que nadie podrá crear discrecionalmente leyes ni tendrá el poder monopólico de servicios como, por ejemplo, los permisos, subsidios, licencias, entre otros.

Con respecto a la transparencia, la misma legislación basada en propiedad privada sirve de guía a los actores sociales, sobre todo los que trabajan en el sector público, para que estos tengan que rendir cuentas de sus acciones y otros puedan ver/revisar lo que la persona está haciendo.

A modo de conclusión, un resumen:

Los seres humanos poseemos un componente empresarial innato que nos permite aprovechar creativamente los medios a nuestro alrededor para alcanzar los fines que subjetivamente valoramos. Las acciones que realizamos para lograr nuestros objetivos se basan en decisiones racionales que, a su vez, son resultado de un previo cálculo económico en el que se valoran los medios para inferir cuáles serán las acciones concretas a ejecutar que permitirán alcanzar los objetivos planteados.

En este proceso se coordina la sociedad y fortalecen las instituciones que servirán de contrapeso al lado picaresco innato de los actores sociales que les hace propensos a incurrir en actos de corrupción; lado que surge y/o cobra fuerza cuando la libre acción es restringida y, en consecuencia, se dificulta o hasta imposibilita alcanzar los fines bajo elevados principios morales.

En este orden de ideas, cuando se alteran las instrucciones de las instituciones surgidas por un proceso evolutivo en el que interactúan todos los individuos que dan pie a comportamientos pautados y repetitivos entre los miembros de la sociedad y éste comienza a ejercer acciones anómalas, entonces despierta la viveza de las personas como un mecanismo de supervivencia que permitirá alcanzar ciertos fines por medios amorales, es allí cuando mutan, tanto las instituciones como las personas individualmente, y surge el cáncer de la corrupción. Condenando así a la sociedad a una espiral descendente en donde se retroalimentan la pobre institucionalidad y las acciones corruptas en las que incurren los actores, haciendo que cada vez es más normal incurrir en actos de corrupción.

Las consecuencias son nefastas, pues las acciones que antes, en un ambiente libre, se ejercían en función de los demás, dando paso al desarrollo social pleno, ahora comienzan a perder sinergia; lo cual tiene como resultado ineludible la depauperación moral y descoordinación social.

Para evitar esto, entonces, es necesario que las instituciones sean fuertes; y lo único capaz de crear instituciones fuertes es la libre interacción entre las personas en el ámbito de la propiedad privada.

De tal manera que es imprescindible que el marco institucional delimite la propiedad privada, cree las condiciones para respetarla —para el libre ejercicio de la empresarialidad de los individuos—, y sirva de guía a los mismos para la ejecución de sus acciones. A modo de ilustración, las institución jurídica es como el armero que carga con las herramientas que necesita el guerrero en sus batallas, éste no lucha la batalla por él, sino que le sirve de apoyo y base para las decisiones que tome el guerrero en el campo; dicho de otro modo, es guía y apoyo, no conductor; el marco legislativo debe ayudar a los actores sociales a adquirir conocimiento mediante el aprendizaje y el esfuerzo, no regir cada uno de los campos de acción de los mismos.

Para finalizar, cito nuevamente las palabras que se encuentran en la portada del presente escrito: “si el vaso no está limpio, lo que derrames sobre él se corromperá”. Si se pervierte y ensucia la arquitectura social, es decir, la estructura institucional, entonces todas las acciones que en ese marco se realicen serán putrefactas, dañinas, corruptas, y el producto resultante será la pérdida progresiva de la armonía/sinergia de las acciones individuales de cada una de las personas y, junto con eso, el desarrollo social, sustituyéndola por el estancamiento o, en el peor de los casos, la involución social.[*]


[1] Las obras que me ayudaron a entender la mecánica del cáncer fueron las de Gerardo Castorena Rojí titulada “El Libro del Cáncer de Mama”, destaca especialmente el Capítulo I, y el libro de Joseph Márcola titulado “Contra el Cáncer” donde el autor presenta datos interesantes sobre el tema y cómo combatirlo, destacando la introducción y la primera parte del libro (capítulos I-V). A su vez, consulte los “síntomas y causas” en el área de información médica, sección “enfermedades y afecciones”, de la Mayo Clinic en su página oficial; puede ingresar a través de: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/cancer/symptoms-causes/syc-20370588.

[2] Capriles, Axel. (2008). La picardía del venezolano o el triunfo del Tío conejo. Caracas, Venezuela. Editorial Alfa. Prefacio, pág. 23.

[3] Ibíd., pág. 79. Capítulo titulado “El significado de la picaresca para América”, subtitulo “El truhan como polizón” (párr. 1). Estas palabras ya vislumbran cuales son los medicamentos necesarios para atacar el cáncer de la corrupción, a saber, desarrollar el marco institucional lo suficientemente sólido como para generar una tendencia contraria a la que causó o dio fuerza a los actores sociales para que incurrieran en actos de corrupción.

[4] Huerta de Soto, Jesús. (2005). Socialismo, Calculo Económico y Función Empresarial. Madrid, España. Tercera edición. Publicado por Unión Editorial. Pág. 46.

[5] Ibíd., pág. 69.

[6] Recuerda, al igual que las mutaciones heredadas que pueden dar origen al cáncer, la corrupción es un componente genético hereditario.

[7] Libertad, libertad económica —empresarial, laboral, monetaria, comercial, etc.—, libertad de expresión y fuentes alternativas de información, libertad de prensa, entre otros.

[8] Por citar ejemplos, para el año 2019 el ranking del Índice de Libertad Económica mundial posicionó a Singapur, Nueva Zelanda y Australia entre los 5 países más libres, mientras que, al mismo tiempo, el Índice de Percepción de la Corrupción publicado por Transparencia Internacional los posicionó entre los países en donde se percibe menos actos corruptos; esto contrasta con Venezuela, República del Congo y Eritrea que se encuentran entre los 5 países con menos libertad económica y entre los países con más actos de corrupción en el mundo. Este ejercicio puede compararse con los demás índices de libertades (ver nota 7) en donde se encuentras resultados similares.

[9] Puede ocurrir también que la empresa sea extorsionada, lo que lleva a encarecer los productos/servicios que ella comercializa.

[10] Desvío de fondos que originalmente serían destinados a planes sociales.

[11] En Atalaya, edición de estudio (2000), ¿Por qué hay tanta corrupción? (pág. 3). Publicado por la WatchTower Bible and Tract Society. El articulo puede consultarse en línea: https://www.jw.org/es/biblioteca/revistas/w20000501/Por-qu%C3%A9-hay-tanta-corrupci%C3%B3n/

[12] Huerta de Soto, en op. cit., pág. 119. describe que, como consecuencia de la hiperregulación legislativa, del excesivo control que ejerce el Estado —herramientas que se encuentran entre las características de su concepto de Socialismo—, los seres humanos “pierden el hábito de comportarse moralmente (es decir, siguiendo principios o normas pautadas y repetitivas de acción), modificando paulatinamente su personalidad y forma de actuar que cada vez se muestra más amoral (es decir, menos sometida a principios) y agresiva”.

[13] Ibíd.

[14] Ibíd.

[15] Del mismo modo en cómo la alteración de las instrucciones del código genético de las células hace surgir el cáncer, las mutaciones en las instituciones hace que las “instrucciones” por las que surgió en un principio sean alteradas y no comience a funcionar como debería.

[16] Las consecuencias que derivan de esto son, por ejemplo, distorsiones en los mercados, el florecimiento de la delincuencia organizada —siendo, en muchos casos, los políticos parte de ella— y, debido a la poca confianza en las instituciones y el gobierno de la región, desaliento de inversión. En conclusión, es el mísero camino hacia la decadencia.

[17] En la medida en que cada acción que realizan los individuos se fundamenta en decisiones que, a su vez, fueron precedidas por cálculos económicos subjetivos sobre los medios a su alcance para lograr determinados fines, toda acción humana es económica. Por tanto, si el Estado no controlara la vida privada de cada actor social, sus acciones, entonces, en conclusión, el rol del mismo en la economía será nulo.

[18] En un ambiente libre, uno de los altos costos de incurrir en actos de corrupción seria la exposición pública.

[*] Con este ensayo, el autor participó y obtuvo el segundo lugar del concurso «El costo de la corrupción» llevado a cabo por Cedice Libertad, en alianza con otras organizaciones, en Venezuela en el año 2020.

Comunismo: una hiena manchada

Por Antonio Semprun, coronel de la Guardia Nacional en el exilio.

Tenga presente la siguiente frase: «la hiena manchada es un depredador que caza en grupo”

El comunismo es una hiena manchada, dónde se infiltra pone en práctica aquello de que quien parte y comparte, a saber, se queda con la mejor parte. Esto es precisamente lo que ha hecho en Venezuela el grupo de depredadores que ahora encabeza Nicolas Maduro.

El comunismo y sus cuatreros, después de más de dos décadas, no sólo se han quedado con la mejor parte, sino que han dejado a los venezolanos y al país con la peor parte: una agobiante situación de miseria, carencia y abandono.

Esto lo han hecho desde el poder que secuestraron después de un fallido golpe de estado; utilizan parte de la riqueza que han robado para comprar la complicidad y traición de algunos opositores que en realidad lo que son es mercenarios a dádivas. “Opositores”  que se doblan para no partirse y se conforman con el mendrugo que les arrojan, a cambio de apoyo solapado a cualquier show que monte la tiranía para lavarse la cara.

Venezuela es la mancha roja en el concierto de países latinoamericanos que utiliza sus cuantiosos recursos para extender el cáncer del comunismo a costa de la pobreza en la que han sumido a los venezolanos, y eso no lo ignora el mundo.

En este sentido, la organización criminal que secuestra a Venezuela pretende enviar un mensaje de tranquilidad, de respeto a las instituciones y a las leyes, celebrando unas elecciones falsas y amañadas que sólo esperan el día en que se celebren para anunciar el “irreversible” resultado previamente decidido y así mantener su statu quo.

En este escenario, hay que recordar que no existe precedente en el que una tiranía comunista haya entregado el poder de manera pacífica, razón por la cual se debe presionar en el ámbito nacional e internacional.

En el ámbito nacional, los venezolanos deben estar convencidos que la única manera con la se puede derrotar a la tiranía es con una presencia activa y constante en las calles que haga sentir a los depredadores que no tienen opción alguna  de permanecer en el poder.

En el ámbito internacional, el conjunto de naciones integrantes de los distintos organismos creados a los efectos deben, con acciones concretas, rechazar las imposiciones de los zurdos y no conformarse con la emisión de discursos y condenas verbales que no surten efecto alguno.

Una tiranía que tiene vínculos con narcotráfico y el crimen organizado, que comete delitos de lesa humanidad, que entregó la soberanía del país a cambio de protección, que saqueó el erario nacional, que se ha robado más de veinte elecciones, y pare usted de contar, es una metamorfosis criminal que debe expulsarse del poder con la ejecución de todo lo que implique “acciones inéditas”.

CAUTIVOS DE UN CONCEPTO: la lucha entre lo individual y lo colectivo en el alma del hombre

Por Roymer Rivas, coordinador local de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Desde tiempos inmemorables, un concepto se ha apoderado de la especie humana hasta el punto en el que ha llegado a fundamentar todos y cada uno de los pensamientos y las acciones del individuo y, por extensión, la sociedad[1]. Este concepto puede sintetizarse en una palabra: colectivismo; el cual se sostiene en la idea de que el grupo es más importante que el individuo y, por consiguiente, éste debe someterse al colectivo.

Cautivos de este concepto, que muchos enemigos de la razón y la libertad se han encargado de predicar como el camino hacia la felicidad o la plena realización humana, la humanidad se ha visto envuelta en una espiral descendente rumbo hacia la miseria anímica y mediocridad absoluta. Sin embargo, también existe un concepto liberador denominado individualismo —némesis del colectivismo— que sirve de base para el progreso y la felicidad. Pero ¿qué es el individualismo y hasta qué grado y en qué campos llega a enfrentarse contra el colectivismo? La respuesta a esta pregunta no es intranscendente, dado que las creencias son el fundamento de nuestra existencia y, por consiguiente, enmarcan nuestras acciones.

En principio, para poder entender el individualismo hay que comprender un concepto esencial, este es: egoísmo, el cual proviene del latín y se forma con “ego”, que significa ‘yo’ o ‘ser individual’, y el sufijo “ismo”, que alude, entre otras cosas, a ‘tendencia’ o ‘practica’; por lo que se puede decir que el ego es el fundamento de lo individual –que es personal, único, particular, especial, irrepetible– y que “egoísmo” es ‘práctica del yo’; ergo, el individualismo es la expresión incondicionada o absoluta de la personalidad del individuo.

La antítesis de este modo de vida es el colectivismo, un sistema de creencias que se manifiesta y confronta a la persona de dos maneras: uno visto desde afuera —como orden político—, en donde el individuo es como un engranaje de una gran maquinaria social rígida; y el segundo es de índole espiritual, a nivel interno, donde la persona considera que su existencia se encuentra definida y atada a la percepción u opinión de todos, menos él; derivando en una personalidad restringida por una masa anónima, a quien sigue ciegamente y rinde cualquier tipo de sacrificio en su beneficio, sin importar si es en detrimento del individuo actuante.

De lo antes expuesto se infiere que, si alguien no expresa el “yo”, su personalidad y voluntad libérrima, entonces no es auténtica en el sentido en que no responde a sí misma —no es o manifiesta lo que realmente es—, sino que responde a otros —“es” lo que parece que es, dicen que es o debería ser a los ojos de terceros—. A modo de ilustración, es como si un animal de la “especie 1” se definiera como “especie 2”, solo porque todos los animales que le rodean dicen que debería ser tal cosa o lo ven como tal cosa; en otras palabras, su definición existencial —pensamiento, actuación, modo de vida— es la respuesta a una pregunta hecha a otros, es una definición que “el ser” tiene sobre su propio “ser” soportada y estructurada en el “yo visto a través de los ojos de otros”, en lugar del “yo visto por el yo”.

Es por este motivo que el principal campo en el que llega a enfrentarse el individualismo contra el colectivismo es en el espiritual; la lucha es principalmente moral y no política, es en el alma del hombre —lo que inevitablemente “es” versus lo que “debería ser” según quienes le rodean, el colectivo—. De hecho, el “individualismo versus colectivismo” en la política es solo una exteriorización del problema espiritual de los individuos que carecen de autoestima, mente y valores propios, llegando a definirse y vivir según criterios ajenos a su “yo”.

Esta cuestión fundamental se manifiesta de forma sublime en la novela “El Manantial” (Ayn Rand); donde se aprecia el contraste entre la moral individual y la moral colectiva que guían las diferentes decisiones y acciones de cada uno de sus personajes. Entre ellos se encuentran Howard Roark, Peter Keating y Ellsworth Toohey.

Howard Roark es el protagonista de la historia, un hombre que desde joven decidió ser arquitecto; ama lo que hace al grado de imaginarse construcciones en distintos espacios que visita y deleitarse con la posibilidad de ser él quien las construya; además, considera que las estructuras arquitectónicas están vivas al igual que los seres humanos y que “su integridad consiste en seguir su propia verdad, su tema único, y servir a su único objetivo”[2], en el sentido de que cada detalle debe tener una razón objetiva de ser, y no solo estar por estar; para él, cada forma “tiene su propio significado” al igual que cada persona crea su propio significado, forma y objetivo[3].

Desde el inicio vemos a Roark oponerse al convencionalismo social, su forma de ver la arquitectura le lleva a luchar contra el establishment fundado en el culto a la tradición arquitectónica carente de originalidad —para quienes la cantidad de personas que apoye una idea, y no la razón, determina si la misma es verdad o no—. La escena que mejor ilustra este hecho es cuando el protagonista se encuentra hablando con el decano de la facultad de donde fue expulsado por su rebeldía; cuando éste intentaba ayudarlo dándole la oportunidad de quedarse a cambio de que ‘fuera más razonable’ —lo cual quería decir: ceder ante el grupo—, le dice que “todo lo bello en la arquitectura ya se ha hecho”, que solo podían intentar repetir las obras de los grandes maestros del pasado, llegando al punto de afirmar que “nada en la arquitectura ha sido jamás inventado por un solo hombre” porque “el propio proceso creativo es lento, gradual, anónimo y colectivo, donde cada hombre colabora con los demás y se subordina a los criterios de la mayoría[4]. A lo cual Roark responde que la facultad ya no tiene nada que enseñarle y que no le importan las reglas impuestas por la mayoría, porque él se guiaba por sus propios principios.

Las motivaciones de Roark para llevar a cabo su trabajo y demás acciones son puras, integras y totalmente independientes de las personas que le rodean; él solo quiere edificar porque disfruta su trabajo, y lo hace de la mejor manera para él mismo, según criterios propios y no según criterios ajenos; respondía solamente a “la esencia de un hombre: su [propia] capacidad creativa”[5]. De este modo, su personalidad quedaba marcada en cada cosa que hacia y las mismas cobraban vida a su manera, extraña y personal, al nivel en que los espectadores solo podían pensar en la declaración: “a su imagen y semejanza”[6].

Esta actitud le hace rechazar trabajos cuya aceptación implicaba no respetar la integridad de su trabajo, a pesar de que podrían haberlo ayudado a salir de sus problemas económicos e, incluso, darle fama; porque él no construía “con el fin de servir o ayudar a nadie”, “no tenía intención de construir con el fin de tener clientes, sino que quería tener clientes para poder construir[7]. Este fuerte principio queda manifiesto cuando decide dinamitar las viviendas Cortlandt Homes que él había diseñado en secreto a Keating, porque se había roto la única condición por la que había accedido a hacer los planos: respetarlos tal cual como él los había hecho[8].

En contraste a Roark, tenemos a Peter Keating, quien en algún tiempo quiso ser artista, pero eligió la carrera de arquitectura por satisfacer los gustos de su madre. En toda la historia, Keating es un ser que vive “de prestado”[9], es decir, ve su vida a través de las personas que le rodean, carece de principios solidos y se rinde ante las voluntades de los demás; le afectaba su soledad, se pregunta cada momento “si la gente lo está mirando” y no sabe lo que quiere en la vida. Sus motivaciones y acciones, su esencia, se revelan muy bien en la novela cuando le pregunta a Roark si debe aceptar la beca en la École des Beaux-Arst de París o trabajar con Francon, pues, su intención era solamente impresionar a otros, lo que le llevaba a fundamentar sus acciones en el “¿Qué dirán?”[10].

Con el fin de ganarse el favor de las personas, Keating llega al punto de dañar a quienes le rodean para escalar en la sociedad[11] y acudir a Roark cuando tenía problemas de diseño que no puede resolver; incluso se daña a sí mismo de cierto modo al decidir casarse con Dominique Francon por el impacto que causaría en otros, y no con Catherine Halsey, a quien realmente amaba. En suma, Peter Keating es un ser sin “yo”, mediocre, incapaz de perseguir sus intereses personales, cuyo valor personal depende de los demás[12] y no tiene escrúpulos para alcanzar la fama.

Por otro lado, Ellsworth Toohey es la personificación del colectivismo, predica el vivir por los demás a costa de la esencia del ser, pretende eliminar la grandeza patente en la originalidad[13] y todo el sistema de valores del individuo hasta destruir su autoestima. Con este fin, promueve a seres mediocres, haciéndolos alcanzar la fama, opacando y obstaculizando a quienes aman su trabajo y muestran la grandeza de la creatividad humana. Quizá la manifestación más palpable de su accionar es cuando le dice a su propia sobrina Katie —Catherine Halsey— que “debe saltar afuera de su espíritu y dejar de querer algo” porque “los hombres son importantes sólo en relación con los demás”[14]. Sin embargo, a pesar de decir que es la voz de las masas, su verdadera intención es “mandar sobre el mundo”.

Toohey se da cuenta de que es más fácil gobernar sobre seres sin principios sólidos, sin yo, puesto que la nada —la persona hecha nada— es incapaz de oponerse a algo[15], y todas sus acciones se enmarcan en dicho pensamiento —lo cual representa muy bien a personajes como Hitler, Chavez, Fidelidad Castro, Marx, Lennin, entre otros, que buscamos gobernar sometiendo la esencia humana—.

Por ello podemos decir, a modo de resumen, que en El Manantial se ve una sociedad amorfa y moldeable, de individuos sin “yo”, que no se traicionan a sí mismos porque han suprimido casi por completo ese sí mismo, que carecen de principios sólidos, que son incapaces de perseguir sus metas[16] y cuyo valor propio depende del cómo lo vean terceros. En palabras de Rand, la autora, son «colectivistas en su alma». En cambio, vemos a Roark expresar su voluntad libérrima a pesar de la oposición de quienes le rodean —oponiéndose a la esclavitud de verse a través de ojos ajenos— y, aunque su objetivo no era ayudar a otros, perseguir su fin personal sin dañar a nadie fue el medio por el cual algunos se beneficiaron, demostrando que el individuo debe prevalecer sobre el colectivo y que solo usando la mente creativa en busca de la felicidad personal se puede alcanzar una sociedad feraz sostenida en el tiempo.

En esta línea, haciendo un paralelismo, de una u otra forma la sociedad actual se encuentra sumergida en un estado existencial donde los parámetros de la verdad y la mentira, así como la definición de las diferentes existencias que se encuentran allí sumergidas —incluyendo las personas—, son fijados por lo común, la mayoría, la farándula, el vecino, el político de turno, los valores impuestos, por más absurdos que sean, etc., la gente teme pensar por sí misma, prefieren decir cosas que otros han dicho para evitar ellos decir nada —porque de la nada, nada sale; y de lo colectivo no puede salir pensamientos singulares—. Por ello, hoy día se necesitan más personas dispuestas y capaces regir su vida por valores individuales y no por los colectivos, porque al final son este tipo de personas las que terminan creando cosas o escenarios que beneficien al colectivo que tanto parece odiarlos. Y en la medida en que más o menos personas así existan, más o menos progreso real se observará en la sociedad.

En este sentido, y a modo de conclusión, me gustaría citar unas palabras que Roark le dice a Peter Keating: “Peter, antes de que puedas hacer cosas por los demás, debes ser el tipo de hombre que puede hacer las cosas. Pero para conseguir que las cosas se hagan, debes amar hacerlas, y no las consecuencias secundarias. El trabajo, y no a las personas. Tus propios actos, y no cualquier posible objeto de tu caridad. Me alegraré si la gente encuentra un mejor modo de vida en una casa que yo haya diseñado, pero ése no es el motivo de mi trabajo. Ni mi razón. Ni mi recompensa”. Este tipo de valores individualistas, bien entendidas, son los que dan felicidad a una persona. Aprendamos a no ser colectivistas en el alma y a sí expresar nuestra voluntad libérrima sin importar las circunstancias.


[1] Para el presente escrito se entiende sociedad como una abstracción de todas las interacciones que realizan los individuos entre sí, donde los mismos intercambian información, muchas veces del tipo practica –tacita, inarticulable– que, a su vez, crean instituciones que influyen en sus acciones. Véase a Huerta de Soto (2005) en: Socialismo, Calculo Económico y Función Empresarial. Madrid, España. Tercera edición publicada por Unión Editorial. Pág. 69.

[2] Ayn Rand. (2019). El Manantial. Publicada por Editorial Deusto. Pág. 30.

[3] Ibidem.

[4] Ibidem. Págs. 29-31. Cursivas mías.

[5] Ibidem. Pág. 428.

[6] Ibidem. Pág. 426. Palabras de quienes vieron la casa de Roger Enright construida por Roark. Su personalidad expresada en sus construcciones era muy notoria, y queda ilustrado cuando Gay Wynand lo elije para edificar su casa porque todos los edificios del país que le gustaron los había hecho él (véase pág. 752).

[7] Ibidem. Pág. 33.

[8] Ibidem. Pág. 813-815, 855-856, 864-866.

[9] Ibidem. Pág. 849.

[10] Ibidem. Pág. 41-45, 73.

[11] La primera victima de Peter fue Tim Davis, un diseñador que trabajaba para la firma de Francon, a quien engañó forzando su despido; él lo veía como “la sustancia y la forma del primer paso en su carrera profesional. Otra víctima fue Lucios Heyer, a quien le ocasionó un ataque al corazón.

[12] Ibidem. Pág. 98.

[13] Ibidem. Pág. 309-405, 447, 485, 493. Para él, lo personal es maligno, la grandeza de la personalidad reside en el colectivo y el amor propio es innecesario.

[14] Ibidem. 506-507. El fin es “perder la identidad y olvidarse del nombre del alma” –yo–.

[15] Ibidem. 892-900. Es por eso que tanto trabajó en suprimir la esencia humana, para mandar sobre la humanidad.

[16] Este hecho es evidente cuando el decano no tenía por qué’s para defender sus premisas (pág. 28-34), así son casi todos en la novela.

En la mira: Hunter Biden y el periodismo en decadencia

Por Ricardo Guanipa d’Erizans.

Es verdaderamente vergonzoso como los jefes de noticias de medios nacionales en Estados Unidos han censurado los crímenes que involucran a Hunter Biden y su padre Joe Biden en actividades de evasión de impuesto, para mi incluye enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y corrupción.

Hunter Biden había llegado a un acuerdo con la Fiscalía, nombrada por su padre, para declararse culpable de dos cargos de evasión de impuesto y uno por porte ilícito de arma de fuego —cuando se trata de un adicto a las drogas o alcohol—. El acuerdo fue desechado por la juez federal Maryellen Noreika quien afirma que la investigación del Departamento de Justicia en contra de Biden ha sido escueta.

Documentos de la Corte revelan que Hunter Biden durante la audiencia admitió que no había pagado sus impuestos y trabajó para la empresa ucraniana Burisma, corporación vinculada a su padre, Joe Biden, de pagar millones de dólares a través de su hijo Hunter.

Tras conocerse la decisión de la juez la Casa Blanca acusó a la magistrada Noreika de ser una nominada del presidente Trump para ocupar su cargo como Juez de Distrito, dando a entender que la decisión es política y no judicial, esas prácticas de descalificación a los jueces lo vemos a diario en gobiernos totalitarios de izquierda en Venezuela, Brasil, Colombia, México, Argentina, Rusia, Nicaragua entre otros, donde no existe ni se respeta la independencia de poderes.  

Lo más preocupante es que la propia Casa Blanca ha tratado de descalificar a la juez Federal Noreika afirmando que fue nombrada por Trump, esa respuesta solo confirma que los Demócratas y el presidente Biden interfieren en decisiones judiciales de sus nominados para encarcelar a sus adversarios políticos al mejor estilo de los dictadores Nicolás Maduro, Daniel Ortega o Vladimir Putin.

Desafortunadamente la prensa decadente norteamericana se ha autocensurado para indagar sobre los vínculos de Joe Baiden y su hijo con la empresa ucraniana Burisma quien pagó millones de dólares a los Biden a cambio de recibir ayuda financiera del gobierno de Barack Obama, pero los periodistas en Norteamérica no tienen el suficiente valor para investigar este caso, es más fácil recibir instrucciones de sus patronos afectos al partido Demócrata para investigar o difundir informaciones, incluyendo falsas, en contra de Trump y la posesión de documentos clasificados.

Es oportuno destacar que las grandes corporaciones del mundo de la información de EE. UU., como Telemundo, CBS, NBC, CNN, New York Time, Washington Post, Univision, entre otros medios, obedecen a la línea política del partido Demócrata de la misma forma que jueces y fiscales federales y estatales están a las ordenes de la Casa Blanca y los Demócratas para castigar quienes tengan la osadía de investigar o denunciar las actividades criminales de miembros del partido del Burro.

A diario los noticieros estadounidenses al servicio de los progresistas socialistas de izquierda del país, denuncian y critican la posesión de armas de fuego en manos de personas descalificadas pero en lo personal pienso que es más letal que un medio de difusión masiva entregue un micrófono a un individuo no calificado dispuesto a manipular o a mentir sin pudor para obedecer el resentimiento de un jefe de información o de noticias alineado con la política socialista Demócrata por encima de la información veraz y objetiva y solo por obedecer una agenda progresista a cambio de un sueldo a lo que yo llamo prostitución periodística o mercenarios de la prensa.

Pienso que esas personas tan hipócritas en los medios de comunicación masivos son tan letales como los individuos que portan incorrectamente un arma de fuego.

Los periodistas con valor ético y practicantes del ejercicio pulcro de la profesión no tienen que sentirse aludidos por mis opiniones.

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En la mira: el fraude electoral en EE. UU. el 2020

Por Ricardo Guanipa d’Erizans

Después de casi tres años de espera, finalmente escribo esta columna que carcomía mi cerebro, ya que me hacía sentir como un verdadero cobarde y simplemente porque no tengo ninguna duda de que las elecciones del 2020 en Estados Unidos fue in inmenso fraude electoral dirigido por el partido Demócrata para frenar a Donald Trump en su intención de ser reelecto para darle el triunfo a Joe Biden y sus camaradas socialistas.

Los medios norteamericanos y los periodistas se han autocensurado y no han tenido el valor de investigar el fraude electoral para evitar daños o sanciones colaterales orquestada desde los más altos factores de poder de la estructura Federal, me refiero desde el Departamento de Justicia hasta La Casa Blanca.

Solo FOX News tuvo el coraje de hablar del tema como medio de comunicación, pero fue aplastado por la cúpula de poder siendo injustamente sancionado con 700 millones de dólares con el silencio cómplice de las organizaciones periodistas norteamericanas, mientras que la victima de este caso, el presidente Donald Trump, por anunciar el fraude electoral del 2020 ya lleva 3 juicios criminales en venganza de sus detractores políticos que no darán tregua hasta verlo políticamente destruido.

Yo llevo 19 años sin volver a Venezuela donde reposan una serie de acusaciones injustas en mi contra. Tuve que pagar el precio de decir y difundir verdades al anunciar las relaciones secretas de Hugo Chávez con la guerrilla de las FARC y el Narcotráfico, además, el fraude electoral del régimen chavista en las elecciones para revocar el mandato a Chávez en el 2004, sumarle a esto la presencia de funcionarios cubanos en instalaciones militares, hospitales y hasta en el propio Palacio De Miraflores —y pare de contar—.

Mi apego a la verdad y el respeto al ejercicio del periodismo sin barreras fue mi inspiración para ser una pequeña voz para llevar al exterior reportes de los desmanes que estaban ocurriendo en Venezuela a través de mi trabajo como corresponsal en Caracas de tres medios: Radio y TV Martí de Miami, La Poderosa 670 AM de Miami y la 11Q La Primera de West Palm Beach, a los tres medios reportaba a diario de lunes a domingo, yo sabia que tenia tres opciones, que el chavismo me asesinara, que me encarcelara o que saliera al exilio, afortunadamente y por gracias al todo poderoso me tocó la tercera opción no sin antes de estar muy cerca de ser víctima de las dos primeras. 

Recuerdo que a finales de la década de los 90 participé en lo que podemos llamar sin exageración la mayor investigación periodística realizada en Venezuela, todo comenzó con la acusación Federal de EE. UU. en contra de los hermanos Rodriguez Orejuela del Cartel de Cali,  el documento hacía mención de un Casino de un hotel en la isla de Margarita, sin vacilar escribí la historia, de inmediato el Presidente caldera ordenó el cierre de todos los Casinos del país hasta que se promulgara la ley de Casinos en el Congreso, el director de la PTJ comisario Lazo Ricardi viajó a la isla para hacerse personalmente cargo de la investigación.

Fue un año duro la investigación coordinada por Argenis Martinez y Miguel Henrique Otero, mientras que Javier Ignacio Mayorca se encargó de la investigación en Venezuela y yo en Estados Unidos.

Un año más tarde, finalmente publicamos el resultado de 12 meses de pesquisas donde salieron involucrados un hijo del presidente Caldera y varios amigos, un hijo del gobernador Morel Rodriguez, abogados venezolanos, empresarios cubanos americanos  e ítalo venezolano, a esto hay que sumarle el distanciamiento con autoridades federales norteamericano quienes me responsabilizaron de echar a perder una investigación en curso al publicar la información.

Desde ese momento recibí el mayor acoso anónimo de mi vida, desde amenazas hasta llamadas insultantes, solo mi cercano entorno conoció el tormento que viví  y declinó en un colapso emocional producto a la gigantesca presión, de ahí se agarraron mis enemigos para inventar historias y sucesos sin poder respaldar esas  cobardes difamaciones y calumnias  para descalificarme como periodista, pero no pudieron conmigo en 1997, mucho menos hoy 27 años después.

Hoy asumo nuevamente el riesgo y sus efectos colaterales, porque no puedo ser parte de esa prensa que se auto censura por temor al poder del Departamento de Justicia y lideres del partido Demócrata que hoy ostentan el poder político, electoral, judicial y policial.

Pero para no quedar como un bocazas voy a compartir con ustedes algunos de los elementos que alimentan mi teoría que las elecciones del 2020 ha sido el más grande fraude electoral, no en Estados Unidos, sino, de todo el planeta.

El voto ausente o voto por correo ha sido históricamente el instrumento perfecto para  hacer trampa en las elecciones, en el sur de la Florida existen decenas de casos y docenas de arrestos en los últimos 30 años, hay que destacar que la vulnerabilidad de estos votos en distintas elecciones realmente se trataban porcentualmente de cifras bajas por eso razón las autoridades federales a nivel nacional nunca le prestaron mucha atención al asunto pero cuando hablamos de 100 millones de votos por correo y boletas ausenta como los realizados en las elecciones del 2020 ya el caso es de preocuparse.

El periódico La Familia de Broward  publicó hace unos años que “El investigador privado de la firma Leverage Investigations Inc. no es nuevo en la tarea de descubrir fraudes electorales con las boletas ausentes en Hialeah. En 2004 también investigó y descubrió irregularidades, pero relata que en ese entonces se demoraron tanto en actuar que luego no pasó nada pues cambiaron las leyes. [Ese año] me cansé de ver que tomaban a los ancianos por el brazo y los obligaban a votar por sus candidatos”, dijo Joe Carrillo en entrevista con este medio. El escándalo con las boletas ausentes que culminó con el arresto de Daisy Cabrera” reseñó el rotativo.

 El 2 de octubre de 2012 todos los medios de Miami tenían el titular que el familiar de influyente político había sido arrestado por “el mal manejo de los votos por correo, las autoridades presentaron cargos formales de fraude electoral contra Sergio “el Tío” Robaina. La Oficina de la Fiscalía Estatal en Miami-Dade lo acusa de cargos graves de manipular boletas ausentes y dos cargos menores por violar una ordenanza condal que penaliza la recolección de boletas ajenas. Robaina, de 74 años, es uno de los boleteros que fueron sorprendidos en Hialeah manejando boletas de ausentes antes de las elecciones del pasado 14 de agosto. Se dice que recolectó decenas de boletas ausentes entre sus amigos y conocidos del barrio, según declaraciones de electores de esa ciudad. Fue“el Tio” Robaina quien le entregó boletas a Anamary Pedrosa” reportó en ese momento NHR.com

Otro caso ocurrió el 24 de abril 2017, el nuevo escándalo con las boletas ausentas tuvo la cobertura del periódico Diario de Las Américas “las autoridades de la agencia Anticorrupción investigan la presunta manipulación de boletas ausentes en la ciudad de Sweetwater, luego de que Saúl Díaz, candidato a uno de los escaños de la Comisión en esa municipalidad, fuera interceptado por agentes de esa unidad. Una fuente que habló en condición de anonimato informó de que agentes de esa unidad se presentaron a la residencia de la comisionada Maroño el lunes con el propósito de hacerle preguntas en torno al caso de las boletas ausentes que presuntamente le fueron encontradas al candidato Saúl Díaz” informó el rotativo.

Otro caso de corrupción electoral con el voto por correo ocurrió en el 2013, para entonces la prensa local publicó que “James Brady y Samuel Jean, voluntarios de la campaña de Mark Bell, fueron arrestados por supuestamente alterar la voluntad del voto de varios electores que buscan hacer uso de boletas ausentes. Mark Bell es el esposo de la vicepresidenta de la Comisión de Miami-Dade, Lynda Bell, y fue candidato a la alcaldía de Homestead en las elecciones de 2013. De acuerdo con la denuncia, hubo una serie de conversaciones que empezaron el 14 de octubre de 2013 con Samuel Jean –funcionario de la campaña de Mark Bell en la que el activista hacía sugerencias sobre qué candidato apoyar. Dos días después Jean y Brady regresaron a la casa de Scott y ofrecieron ayuda para llenar su boleta de ausente y las de otras tres de sus familiares, después de decir sobre quién había que votar y de intentar firmar, por los votantes, los sobres de las boletas de ausentes” concluye el reporte.

La mayor demostración de la fragilidad del poco confiable voto por correo ocurrió en 1998 cuando el sistema de justicia del estado de la Florida anunció que “Podemos decir que un juez dictaminó ayer que la ciudad de Miami debe realizar una nueva elección municipal debido a que el alcalde Xavier Suárez venció en la elección de noviembre al alcalde vigente entonces, Joe Carollo, con centenares de votos fraudulentos de electores ausentes. A Carollo le faltaron 155 votos para lograr mayoría necesaria el 4 de noviembre, y nueve días después perdió por amplio margen en el desempate ante Suárez. En esa segunda etapa, Suárez superó a Carollo en proporción de 2 a 1 en los votos de electores ausentes. Las evidencias indican un patrón de conducta fraudulenta, intencional y criminal que resultó en un abuso tan generalizado de las leyes de votantes ausentes, que puede decirse que la intención de esas leyes quedó totalmente frustrada», falló el juez de circuito Thomas S. Wilson” escribió el reportero.

Solo he citado varios casos del desastre del voto por correo y lo poco confiable que es ese instrumento electoral, hasta el investigador más novato puede instruir un gigantesco caso criminal si indaga el origen de 100 millones de votos por correo a través del robo de identidad o soborno, pero cierro esta columna citando el reporte del la Vanguardia.com el 4 de noviembre de 2020. Saquen ustedes sus propias conclusiones yo tengo la mia “El voto anticipado y por correo en las elecciones presidenciales que se han celebrado este martes en Estados Unidos ha alcanzado un récord histórico al superar los 100 millones de sufragios, según la organización U.S. Elections Project, en un contexto de pandemia. La institución de la Universidad de Florida indicó que 35,9 millones corresponden a votos en persona registrados en las jornadas anteriores y otros 64,8 millones a votos por correo. Con esta cifra, sumada a los sufragios que han depositado este martes los electores y los enviados por correo y aún no contabilizados, se espera que se rebasen con creces los 136,6 millones de votantes, o un 55,7% del electorado, que participaron en los comicios del 2016.” Fin de la cita.

Hace 30 años en Miami tu echabas gasolina y después ibas a la caja a pagar pero producto al incremento de la degradación moral muchas personas se surtían de combustible y escapaban sin cancelar la deuda esto llevó a cambiar las reglas, pagas y después te abasteces; en lo electoral es igual, algunas personas ya no tienen la educación, honestidad y vergüenza para participar en elecciones limpias por eso abusan de los votos anticipados o por correo, esa practica la ejercieron con pulcritud la generación de nuestros padres y abuelos pero hoy esa decencia no existe y ese tipo de voto debe ser eliminado del sistema producto de la corrupción moral de los progresistas del partido Demócrata  ya que  el voto por correo es una practica que le queda grande a esta generación o degeneración política.

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La patria que nos quitaron: crónicas de un mísero pueblo sin identidad ni futuro (introducción)

Por Roymer Rivas, escritor y coordinador local de EsLibertad Venezuela.

Mucho se ha dicho y escrito acerca de los diferentes grados de miseria material y moral en la inexorablemente se sumergen los pueblos que quedan sometidos por el Socialismo, o cualquier otra expresión del colectivismo, que cuanto más radical, más miseria induce. Sin embargo, poco o nada se ha dicho sobre la eliminación de la identidad y del sentido de pertenencia, como consecuencia de la perversión de lo que muchos llamamos “patria”, que también inducen estos tipos de sistemas nefastos.

Para vislumbrar la idea, piense que por lo general una madre ama a su hijo, al punto de estar dispuesta a dar su vida para el resguardo de su muchacho. Pero hay veces que una madre pareciera carecer de este afecto y, contra el sentido común, es ella misma la causa de los males de su hijo. Pues, este esto último es el caso de nuestro país Venezuela, ese pedazo de tierra caribeña que alguna vez fue la patria de muchos y que desde hace tiempo ha pasado de ser esa madre buena que naturalmente cuida a sus hijos, a ser el principal depredador de ellos, usándolos cual juguete de diversión mientras los consume lentamente hasta que ya no queda vestigio alguno de su existencia. Y digo que Venezuela “alguna vez fue la patria de muchos” porque hoy día ya no hay patria, nos la han arrebatado; esa especie de espíritu, comparable con ese personaje bíblico que modela la maldad misma conocido como El Maligno, Satanás o El Diablo, que se apoderó de todas las instituciones del país para destruirlas y edificar sobre ellas un Kraken con gigantes tentáculos de observación, control y saqueo de todas las riquezas materiales y espirituales de tierra de nadie, ha vaciado por completo el significado del término “Venezuela”.

¿Qué es “Venezuela”? ¿Qué significa? Para responder a estas preguntas muchos acuden, y con razón, a la nostalgia. Algunos dicen: “Venezuela es su gente”, pero ¿Qué gente? ¿Esa que se levanta todos los días pensando en los problemas del día a día, el cual incluye a veces no comer las porciones necesarias del día a día por carecer de los recursos para ello, y que son incapaces de planificar el futuro con mediana seguridad? ¿Esa gente que piensa solamente en cómo conseguir más dinero para no pasar hambre hoy sin saber si eso le asegurará que no tendrá que buscar un ingreso adicional para no pasar hambre mañana? ¿Esa gente que solo piensa en la inmediatez, desconectada del mundo que le rodea porque cualquier mínima distracción de ir en busca del pan es sinónimo de hambre y cualquier conexión con el mundo en el que habita se traduce en angustia? ¿Esa gente que no ha sido capaz de aguantar las circunstancias de su existencia y valoran menos su vida que la misma muerte? ¿Ese pueblo que ríe, pero por dentro solloza desconsoladamente por la tristeza de residir en las cenizas de lo que alguna vez representó felicidad en unión familiar, sin preocupaciones de un mañana peor? Hoy lo bueno y bonito de “Venezuela” es lo que alguna vez fue bueno y bonito, esa Venezuela bonita es porque haber sido también es una forma de ser, pero no lo es en presente, porque responder esas preguntas con cualquier expresión de temporalidad presente significa decir: “Venezuela es nada”, y la nada es algo malo para nosotros.

He aquí la razón por la que muchos prefieren negar su procedencia y pelear con sus paisanos: Venezuela es porque fue, pero mientras se siga este camino de servidumbre no será en el futuro porque no es, de la misma forma en que no lo es Cuba y Corea del Norte, que solo representan un lugar en el mapa, una historia, y un ejemplo de todo lo que está mal en el mundo llevado al extremo. No hay amor a la patria porque no hay patria que amar; una patria no nos daña, y esta nos ha dañado de la peor manera en que se puede dañar al ser humano, a saber, quitándole su libertad, atentando contra su misma naturaleza, deshumanizándolo en el proceso. Jamás pensé que llegaría el día en el que mi pueblo, nuestro pueblo, sería menos maltratado en el extranjero que en la tierra que lo parió, pero es precisamente así como está pasando hoy. Aun lo pruebo con cada uno de mis sentidos y me cuesta aceptarlo. Mi patria ya no es mía, ni es de nadie. Hoy la tierra que habitamos está usurpada por el mal, es del mal, encarnado en los personajes que controlan a gusto todo lo que está dentro de los límites territoriales que indica el mapa.

Duele… duele que seamos extranjeros marginados en nuestra misma tierra; duele que la situación llevo a una guerra sin tregua entre hermanos; duele el insulto a nuestro intelecto cuando los culpables niegan su culpa y se la adjudican a otros; duele, y duele mucho. No obstante, en nuestro profundo dolor y tristeza hemos aprendido que el humor es un arma del alma para sobrevivir, por eso reímos, porque aunque nos han pisoteado y han querido hacernos a nivel individual lo mismo que hicieron con nuestro colectivo —nuestro pueblo—, no hemos perdido la visión de futuro, de asumir la responsabilidad, a nuestra manera, de encontrar la respuesta correcta a los problemas que se nos plantearon y cumplir con la tarea que la vida nos ha asignado, a saber: recuperar la patria. En nuestra condición, aunque probablemente no sea vigorosa o vibrante, no hemos perdido la esperanza; porque aunque la esperanza a veces puede ser una luz débil, es una luz que nunca se extingue.

En este contexto, con la intención de ilustrar con la acción humana el hecho de que nuestro pueblo ya no tiene patria —aunque puede volver a tenerla en el futuro— y el cómo somos extranjeros marginados en lo que alguna vez fue nuestro país, informo que cada 15 día, los miércoles, saldrán una serie de relatos cortos que muestran de forma supina el día a día de un marginado en sus propias tierras, de un hijo maltratado por su madre poseída. Si bien los relatos serán con personajes ficticios, son veraces y pueden ser representar la vida de cualquiera en el país. Espero que los mismos sean del agrado de cada uno de los lectores. Y bienvenido, esto es: “La patria que nos quitaron: crónicas de un mísero pueblo sin identidad ni futuro”.