Caracas. – Un informe reciente del Miami Strategic Intelligence Institute (MSI²), la capacidad de defensa aérea de las FANB chavistas está severamente diezmada, con capacidades muy limitadas de operatividad, y con la gran mayoría de sus equipos dañados e inservibles.
El informe está basado en un estudio del excomandante naval Jesús Romero, titulado “Estado actual del sistema de defensa aérea de Venezuela”, el cual, en líneas generales revela que las fuerzas militares del narcorégimen tienen más del 60% de su flota de radares inoperativa, y una capacidad de combate aéreo severamente limitada.
El informe indica que la Fuerza Aérea Bolivariana opera de manera esporádica, dejando vulnerables amplias zonas del país que son explotadas por redes de narcotráfico.“Más del 50% de los radares JYL-1 y JY-11B están fuera de servicio por falta de repuestos”, señala el informe, que califica la cobertura de radar con un 1/10 y la capacidad de intercepción con un 2/10. Solo un puñado de aviones SU-30MK2 y F-16 permanece operativo, mientras que la flota de K-8W Karakorum funciona al 30% y carece de radar aire-aire, siendo usada simbólicamente en misiones antidrogas.
El documento también denuncia la infiltración del Cartel de los Soles en entidades como el CODAI, ZODI y REDI, que manipulan los radares para facilitar el paso de aeronaves ilícitas. En este sentido, señala que “el accidente del Citation YV3217, que mató a la esposa e hija del comandante del CODAI, y las deserciones de sargentos de la Fuerza Aérea revelan fracturas internas y politización total del aparato de defensa”.
También, el estudio de MSI² señala que la cooperación internacional tampoco ha logrado revertir esta degradación. China, antigua aliada técnica, ha reducido su apoyo a un mínimo simbólico.
Irán, en cambio, ha fortalecido su presencia mediante el envío de drones Mohajer-6 y especialistas en guerra electrónica. Sin embargo, su intervención se limita a reforzar la defensa de las zonas donde se resguarda el alto mando político, sin beneficio real para el resto del país.
El informe concluye, que las FANB chavistas carecen hoy de toda capacidad de proyección militar externa. La Fuerza Armada no puede sostener operaciones fuera del eje Caracas-Maracay, la Marina está virtualmente inoperativa, y las fuerzas terrestres no cuentan con movilidad táctica.
Mientras, a nivel interno, la supervivencia del narcochavismo depende más del aparato represivo —milicias, organismos represivos, colectivos— que del poderío convencional.
Caracas. – Un niño de 10 años murió este pasado jueves, tras ser arrastrado por las inundaciones que se generaron ese día en el estado Mérida. Sus familiares lograron hallarlo en las adyacencias de un centro comercial con signos vitales, sin embargo, falleció luego de ingresar a la sala de emergencia.
Las inundaciones se registraron durante la tarde y noche de este jueves en El Vigía, localidad donde el niño fue arrastrado, específicamente en el sector La Isabelita, avenida Don Pepe Rojas.
La identidad del infante no fue revelada, pero sus allegados denunciaron el lamentable hecho ante los medios.
Otros sectores también se han visto afectadas por las crecidas en Mérida, sobre todo viviendas que se han inundado, así como la escuela La Pedregosa de la parroquia Presidente Páez, mientras, se conoció que también varios vehículos quedaron atrapados en medio de las calles.
Las autoridades exhortaron a los pobladores a tomar las debidas precauciones, así como no estar cerca de ríos al momento de presentarse lluvias, además de abandonar viviendas en riesgos.
Caracas. – Una nueva víctima se sumó a la lista roja de secuestrados por la tiranía chavista en la noche de este pasado viernes, y se trata de la doctora Deelsy Beatriz Artahona, quien fue raptada por el SEBIN en la región capital.
Se desconoce la locación exacta del hecho por los momentos, pero según una denuncia realizada en la red X por el analista político Esteban Oria, esbirros del citado organismo represor interceptaron a Artahona, quien es una médico cirujano reconocida.
Algunos datos en las redes, señalan que su rapto se debería a los nexos que mantiene la doctora con una ONG.
«Su desaparición es parte del patrón de represión del régimen de Maduro. Estamos ante un Estado de terror, donde se detiene a ciudadanos inocentes sin proceso legal ni comunicación», alerta Oria en su denuncia.Indica que, por los momentos, se desconoce su paradero, y exigen tanto una fe de vida, como su liberación de manera inmediata.
El caso de Artahona se suma al otro rapto ejecutado esta semana, pero en Maracaibo (Zulia), del exministro chavista Rodrigo Cabezas.
🔴 #URGENTE | SE SOLICITA AYUDA INTERNACIONAL Necesitamos información sobre el paradero de la Dra. Deelsy Beatriz Artahona Muñoz (CI: 6.553.886), médico cirujano, detenida y secuestrada por el SEBIN.
Caracas. – Tras el inicio de la feroz operación militar de Israel contra Irán, en las redes sociales se ha desatado una campaña, no oficial, para recordar los vínculos nocivos de la Narcotiranía chavista, con el régimen persa.
Muchas publicaciones han abundado, en las últimas 24 horas, principalmente en Instagram y X, denunciando la fábrica de drones que Irán tiene -y mantiene- en suelo venezolano.
Los mensajes también instan tanto a Israel como a Estados Unidos, a actuar en contra del narcochavismo, ya que ha convertido al país en un satélite para las operaciones e influencia iraní, en toda la región.
Destacan las advertencias del analista Esteban Gerbasi, y de la abogada Estrella Infante, quienes han alertado sobre las consecuencias que podría tener para los venezolanos, los nexos de Nicolás Maduro con la nación que se encuentra en una guerra con Israel, la cual escala a proporciones inimaginables a cada hora que transcurre.
«Venezuela, en manos de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Vladimir Padrino, se ha convertido en un proxy del estado terrorista de Irán. ‘Venezuela condena la «agresión criminal» de Israel contra Irán y exige su cese inmediato. Caracas califica los ataques israelíes de violación del derecho internacional y reafirma su solidaridad con el pueblo iraní ante la escalada bélica’, denuncia Gerbasi en una publicación.
Mientras, Infante retoma la denuncia sobre la fábrica de drones, y el peligro que representa la influencia de Irán en el continente a través de Venezuela y Cuba.
Lo que ocurre hoy nos recuerda por qué esta asociación es tan peligrosa.
Durante años, EE.UU. descuidó su propio patio trasero, y ahora paga el precio. Mientras Irán evalúa posibles represalias, Cuba y Venezuela —aliados históricos del régimen iraní— han cultivado relaciones… https://t.co/GYsNzpgWlK
«AHORA: Drones volando desde Irán con destino a Israel…Drones ensamblados por Nicolás Maduro y su perraje de bandidos en la Venezuela secuestrada por su narcorégimen», publicó una cuenta en X.
AHORA: Drones volando desde Irán con destino a Israel… Drones ensamblados por Nicolás Maduro y su perraje de bandidos en la Venezuela secuestrada por su narcorégimen. pic.twitter.com/528nwEWdAF
Otro mensaje contundente fue el siguiente: «45 años de un régimen cobarde como es el de Irán, que apoya dictaduras como las de Venezuela, donde matan y persiguen personas que piensan diferente, no apoyo a los gringos, ni a Israel, pero mucho menos, a Irán. Más bien, Israel le está haciendo un favor a muchos».
45 años de un régimen cobarde como es el de Irán, que apoya dictaduras como las de Venezuela, donde matan y persiguen personas que piensan diferente, no apoyo a los gringos, ni a Israel, pero mucho menos, a Irán. Más bien, Israel le está haciendo un favor a muchos. pic.twitter.com/5wGLMmyTqB
Varias cuentas enfatizaron la ubicación de la fábrica de drones iraníes en Venezuela, revelando su ubicación, y a la vez sugiriendo la posibilidad de tomar una medida militar al respecto: «
🚨 ¡ÚLTIMA HORA VENEZUELA! 🚨 🇻🇪
La Dictadura de Maduro le fabrica Drones a IRÁN 🇮🇷, El lugar exacto donde lo fabrican se llama Cavim, al oeste de la ciudad de Maracay.
La fabrica de drones iraníes queda en Cavim, al oeste de la ciudad de Maracay. Si no saben llegar les puedo pasar la dirección por Waze o les hago un zoom con Google Earth. A la olden Aquí está el enlace 👇 https://t.co/zwALyC2bS0pic.twitter.com/5bzGgVpV9L
Caracas- En el centro de severas críticas se convirtió María Corina Machado en la red social X, por haber denunciado el secuestro del exministro chavista Rodrígo Cabezas, detenido por el narcorégimen este pasado viernes.
La dirigente política publicó un mensaje en su cuenta de la citada plataforma, para rechazar la desaparición de Cabezas, y exigir -tal como lo hizo la familia de este y varias ONG- que revelaran su paradero, y que lo liberaran inmediatamente.
Machado recordó el paso del exfuncionario de Hugo Chávez por la cartera de finanzas, cargo que ocupó entre los años 2007 y 2008.
Sin embargo, los internautas le criticaron su tendencia a sumar a su causa, a exfuncionarios del narcorégimen, tal como ella mismo lo ha proclamado en varios mensajes y pronunciamientos importantes que ha realizado.
Su clamor a favor de Cabezas fue duramente cuestionado, y muchos alertaron sobre las consecuencias que podría tener, en caso de lograrse un cambio de gobierno, la inclusión de elementos que proceden de la tiranía chavista, como serían los casos de Luisa Ortega Díaz, Juan Barreto, Miguel Rodríguez Torres o Andrés Izarra, entre otros.
«Alerta mundial? Dios…María Corina a quien crees en el mundo que le interesa que el chavismo se coma a sus hijos? A nadie!! Ocúpate de lo que prometiste. Ya va a cumplirse un año», expresó el psicólogo Alberto Barradas.
Alerta mundial? Dios…
María Corina a quien crees en el mundo que le interesa que el chavismo se coma a sus hijos? A nadie!!
Otra respuesta contundente fue la del periodista Roberto Carlo Olivares: «Lamentablemente María Corina, tienes una obsesión enfermiza con la idea de “sumar” supuestos disidentes del chavismo. Lo que ustedes llaman “chavismo democrático”, como Luisa Ortega, Miguel Rodríguez Torres, Rodrigo Cabezas, etc…».
Lamentablemente María Corina, tienes una obsesión enfermiza con la idea de “sumar” supuestos disidentes del chavismo.
Lo que ustedes llaman “chavismo democrático”, como Luisa Ortega, Miguel Rodríguez Torres, Rodrigo Cabezas, etc…
— ROBERTO CARLO OLIVARES (@RobertoCarlo14) June 13, 2025
«Deberías analizarte psicológicamente. Tu empatía, admiración y respeto hacia los criminales del chavismo originario ya sobrepasa hasta los síntomas del Síndrome de Estocolmo.¡Dios nos salve de poner en tus manos el destino del país!», le dijo la conocida internauta y opositora radica, Mónica Corrales Malvic.
Deberías analizarte psicológicamente. Tu empatía, admiración y respeto hacia los criminales del chavismo originario ya sobrepasa hasta los síntomas del Síndrome de Estocolmo. ¡Dios nos salve de poner en tus manos el destino del país! https://t.co/1ZGCwhDCxP
— Mónica Corrales Malvic (@monicacorrales) June 13, 2025
La abogada Yasmín Núñez, quien ha apoyado a Machado desde su campaña presidencial, le aconsejó: «Deberías prestar atención a los comentarios que te han dejado tus mismos seguidores».
Deberías prestar atención a los comentarios que te han dejado tus mismos seguidores.
Otra cuenta, @sanchezac1961, publicó: «Erga María Corina, ese Rodrigo Cabezas era, es y seguirá siendo chavista, es un HDLGP que comenzó a quitarle ceros a la moneda venezolana. Eso es solo ajuste de cuentas entre delincuentes. Recuerda que la revolución siempre se come a sus hijos».
Erga María Corina, ese Rodrigo Cabezas era, es y seguirá siendo chavista, es un HDLGP que comenzó a quitarle ceros a la moneda venezolana. Eso es solo ajuste de cuentas entre delincuentes. Recuerda que la revolución siempre se come a sus hijos. #SOSVenezuela
Caracas. – Un preso político venezolano que pasó más de tres años encarcelado bajo el narcorégimen de Nicolás Maduro, Gregory Antonio Sanabria Tarazona, y quien huyó a Estados Unidos, fue detenido recientemente por el ICE y afronta el peligro de ser deportado nuevamente hacia la tiranía chavista.
Un juez de inmigración desestimó su solicitud de asilo, y ahora el joven enfrenta una posible deportación al mismo país del que huyó, donde fue terriblemente torturado.
Sanabria, tenía 20 años en 2014, y estudiaba ingeniería informática, año en el cual fue detenido el 7 de octubre en Táchira, en el marco de las protestas contra el narcorégimen chavista denominadas «La Salida». Tras su detención fue enviado al Helicoide, sede del SEBIN.
Allí fue sometido a torturas horribles, hasta que en 2018 fue liberado finalmente. Sanabria tuvo que ser hospitalizado tras dejar la cárcel, ya que su estado de salud estaba en estado crítico.
Los médicos confirmaron un edema cerebral moderado y lesiones que requirieron cirugía, incluyendo una fractura de nariz. Ese mismo año, la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas condenó la «severa paliza» que sufrió y solicitó una investigación sobre el uso de tortura y malos tratos a los presos en El Helicoide.
Luego, decidió salir del país y logró ingresar a a Estados Unidos por la frontera sur a principios de 2023, tras superar los controles de migración. Se estableció en Dallas, donde trabajó en construcción e instalación de aires acondicionados.
Se le concedió el Estatus de Protección Temporal (TPS), beneficio migratorio otorgado a los venezolanos en 2021 bajo la administración Biden. Recibió protección en 2023 tras su ampliación.
Sin embargo, la administración Trump la rescindió recientemente, poniéndolo a él y a más de 350.000 venezolanos en riesgo de deportación.
El pasado jueves, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detuvo a Sanabria Tarazona en Texas. Según los registros de ICE, se encuentra actualmente recluido en el Centro de Procesamiento de Montgomery en Conroe.
Su familia pide por su liberación y que no sea enviado a Venezuela. Temen por su vida, y denuncian que muchos actores y movimientos políticos guardan silencio sobre su caso, pese a lo grave que es.
La inflación de mayo en Argentina fue del 1.5%, según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), lo que representa el nivel mensual más bajo desde mayo de 2020 (1,5 %).
El dato implica una fuerte desaceleración respecto de los picos registrados a comienzos de año, y se explica principalmente por la moderación en los precios de alimentos y bebidas (0.5%), y la estabilidad del tipo de cambio oficial, fundamentadas en las políticas de estabilización llevadas a cabo por el gobierno de Javier Milei.
No obstante, a pesar de este descenso, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumula una suba del 13.3% en lo que va de 2025 y del 43.5% en la comparación interanual, que responden principalmente al desastre monetario causado por los gobiernos anteriores y que pretende solucionar el gobierno de Milei.
Oriana Aranguren estudia Ciencias Fiscales, mención Aduanas y Comercio Exterior, y es cofundadora del capítulo Ladies of liberty Alliance (LOLA) Caracas, desde donde se promueve el liderazgo femenino en el movimiento libertario. También, es coordinadora local de EsLibertad Venezuela.
«el Estado es la institucionalización del das Man, es el “uno” que dicta que los individuos debemos pagar impuestos, cumplir con las regulaciones, servir al ejército, imponiendo metas colectivas que responden a una agenda externa a nuestras elecciones«
Oriana Aranguren
En su búsqueda incesante por el sentido, el ser humano ha medido, dividido y conceptualizado el tiempo. Así, ha logrado convertirlo en calendarios, horarios, cronómetros, o cualquier otra cosa que refiera a esa coordenada en lo que conocemos como “espacio-tiempo” de lo que se habla en el campo de la física, y que muchas veces lo reducimos en la cotidianidad a una herramienta de organización, o una métrica de productividad. No obstante, este tiempo solo nos contiene; es decir, es la realidad en la que nos encontramos sumergidos, no nos pertenece en sentido estricto, no lo controlamos.
Caso distinto es el tiempo de la experiencia vivida, la percepción que tenemos de la misma, marcada por la subjetividad de cada individuo, y que lleva a que, por ejemplo, aprehendamos de diversas formas la duración subjetiva de un beso con un ser querido, la eternidad de un momento de pánico, la fugacidad de una década feliz. En lo que respecta a este tiempo, que llamaremos: tiempo de la consciencia, no es un contenedor, sino que es parte esencial del contenido mismo de nuestra existencia, en constante devenir. Los segundos que transcurren en el reloj no son una simple marca, sino un fragmento irrecuperable de nuestra propia existencia, impregnada de percepciones, razones, sentidos, significados. En suma, podría decirse que es el sostén de la vida humana, en la medida en que es el fundamento sobre la cual se erigen nuestras elecciones, proyectos y anhelos.
Esta afirmación no es una mera pretensión filosófica abstracta sin ningún tipo de sustento; ya estudios sobre neurociencia muestran cómo la percepción del tiempo, pasado, presente, futuro, convergen en el aquí y ahora para que el individuo pueda elegir, establecerse metas y visualizar el camino a seguir para poder alcanzar lo que se propone. Todas las funciones del cerebro, en sinergia, hace que siempre vea hacia el futuro —prospectividad—, uno de apreciación subjetiva que se enmarca, a su vez, en las otras dos patas de la mesa de la temporalidad: pasado y presente[1].
Desde esta perspectiva, el principio libertario de la propiedad de uno mismo —self-ownership, en inglés—, es decir, la idea de que cada persona es el único y exclusivo dueño de su cuerpo y mente, encuentra su manifestación más tangible en la propiedad sobre nuestro propio tiempo. Esto es: ser dueño de uno mismo significa ser dueño de cada momento que compone nuestra vida; y ser dueño de mi vida no es otra cosa que ser dueño del tiempo con el que cuento para desarrollarme, en tanto individuo. Cada decisión sobre cómo asignar ese tiempo físico —segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, etc.—, el cual sobra significado para mí gracias al tiempo de la consciencia, que asigna valores, es un acto de soberanía —o debería serlo—. Negar esa condición, y permitir su violación, es atacar en gran medida la misma naturaleza humana y, por extensión, la libertad en su raíz, que es precisamente lo que hace el principal agresor contra la libertad humana: el Estado.
En el presente texto me propongo desarrollar la idea self-ownership hasta las últimas consecuencias, argumentando que el “tiempo personal”, marcado por ese (i) “tiempo físico” y (ii) la experiencia de ella —tiempo de la consciencia—, constituye una esfera de la soberanía individual que debería ser inviolable, pero que el Estado se ha encargado de socavarla sistemáticamente, creando una especie de estructura en el que se ejerce un control ilegítimo sobre el tiempo de los individuos, tratándolo como un recurso público susceptible de ser confiscado, administrado y redistribuido por la fuerza. En última instancia, el Estado en sí mismo constituye una “Cronarquía” —crono, de tiempo; arquía, de gobierno o poder—, es decir, un régimen en el que se ejerce coacción y somete al tiempo de las personas, porque se opera bajo la presunción de que el tiempo personal de los individuos es un recurso colectivo, una reserva a disposición del poder político[2]. Por ello, la cronarquía estatal, el Estado en sí mismo, es moralmente inaceptable y constituye la forma más íntima y totalitaria de opresión.
Veamos las implicaciones de esto:
El tiempo personal: una propiedad primigenia
En la tradición filosófica liberal, partiendo de John Locke, la propiedad se origina cuando el individuo mezcla su trabajo con un recurso natural no poseído, extendiendo se esa forma su propiedad sobre sí mismo a los objetos externos con los que se haga a través de su trabajo y esfuerzo. Así, un individuo es dueño de la tierra que cultiva o de los recursos que transforma. Sin embargo, aunque es un argumento poderoso, se detiene un paso antes del origen de todo, porque no repara en que ese acto de mezclar el trabajo con la naturaleza presupone un elemento anterior y más fundamental, a saber: el tiempo invertido en dicho trabajo.
Antes del trabajo, está el tiempo personal; antes de que exista propiedad sobre la tierra arada, la herramienta forjada o la casa construida para el refugio, está la necesidad de ser propietarios de las horas de vida dedicadas a la creación de todas las cosas. En principio, el trabajo no es más que la aplicación de la energía y la inteligencia de un individuo a lo largo de un segmento de tiempo; por lo tanto, el tiempo invertido en llevar a cabo alguna acción es el componente crucial que transfiera la propiedad. El tiempo personal es, ante todo, el capital primigenio de la existencia humana; en otras palabras, el tiempo personal no es solo la condición para crear propiedad, sino que es la forma más pura de capital humano.
Esto cobra mayor sentido cuando caemos en cuenta que el ser humano puede nacer sin tierras, sin bienes, pero nace con un capital: tiempo, uno personal, por lo cual constituye: tiempo personal, tiempo de vida[3]. Es el tiempo personal, el experienciar el mundo en un plano intertemporal, el medio existencial en el que toda otra propiedad se adquiere, se utiliza y se disfruta. Sin tiempo, la propiedad de las cosas es inútil. En este marco, hemos de recordar un refrán trillado, pero de gran profundidad, para efectos del mensaje transmitido hasta ahora: “nadie se lleva cosas materiales cuando muere”[4]; un palacio, una biblioteca o una fortuna son estériles para quien no tiene tiempo para habitarlos, leerlos o gastarlos. He aquí una verdad fundamental, irrefutable: el valor de todas las propiedades es contingente y derivado del valor primario del tiempo de vida del individuo que los posee.
De hecho, esta propiedad original sobre el tiempo posee características únicas que la hacen aún más fundamental que la propiedad sobre objetos, ya que cumple y supera el famoso “proviso” de Locke, que exige que, al apropiarse de algo, uno debe dejar “suficiente y de igual calidad” para los demás —con el fin de evitar el monopolio de bienes, asegurando que la apropiación no perjudique a otros—. A modo de ilustración: mi decisión de dedicar mi lunes a escribir un libro no disminuye en absoluto el lunes del que dispone mi vecino para construir una silla, o lo que sea que quiera hacer con su tiempo. En pocas palabras, el acervo de tiempo no es un bien común divisible que uno pueda acaparar en detrimento de otros, porque cada individuo llega al mundo con su propio e intransferible caudal de tiempo personal. En principio, puede que estemos hablando de la dotación más equitativamente distribuida en el origen de la existencia humana, aunque su duración medida por la física —(i)— sea incierta para todos, pero que cada uno experimenta de forma única —(ii)—.
Esta soberanía temporal no es una mera abstracción, más bien es la condición de posibilidad de la libertad misma, es decir, de esa condición en la que podemos actuar según nuestras preferencias, sin que medie la coacción. Los libertarios hoy hablan de “auto-propiedad”, pero no reparan en ese eslabón que sustenta y hace posible la manifestación práctica y continua de dicha auto-propiedad: el tiempo personal. Ser dueño de uno mismo significa, momento a momento, ser el único con el derecho a decidir qué hacer con el siguiente instante; no es un lujo, sino la definición operativa de una vida humana libre. Por ello, cada decisión sobre el uso de nuestro tiempo es una reafirmación de nuestra naturaleza, y ceder el control sobre ello no es como ceder el control sobre un objeto, sino cederlo sobre nuestra propia identidad y proyecto de vida. En este sentido, entonces, cualquier agresión contra el tiempo personal es una agresión directa contra el ser de cada individuo.
La cronarquía en acción: anatomía de la agresión temporal del estado
Lo anterior tiene implicaciones políticas bastante profundas, pues, si aceptamos que el tiempo es la propiedad más fundamental del individuo, la mayoría de las acciones del Estado deben ser reevaluadas, porque el Estado es el mayor “cronarca”, es decir, el principal agresor contra el tiempo personal de las personas. De diversas formas, obvias o sutiles, la mayoría de las agresiones estatales son consistentes con la expropiación forzosa de fragmentos de la vida de los individuos; cuando el Estado interviene, no solo está regulando la economía o proveyendo servicios, sino que impone por la fuerza una agenda sobre el tiempo de los individuos. De este modo, la cronarquía constituye un sistema de apropiación o confiscación temporal de las personas. Veamos al respecto algunos casos concretos:
1. El impuesto como esclavitud o trabajo forzado
La agresión cronárquica más evidente, directa y cuantificable es la tributación. Los impuestos no son simplemente una sustracción de dinero; son una sustracción del tiempo de vida que un individuo tuvo que invertir para generar ese dinero. Es crucial analizar los tributos en su esencia temporal; por ejemplo: si la carga fiscal promedio de una persona es del 20%, significa que el 20% de su tiempo laboral —2 de cada 10 horas, 1 de cada cinco días— no le pertenece. Durante ese tiempo, no está trabajando para sí mismo, para su familia o para los fines que él elija, sino que está siendo coaccionado a trabajar para los fines del poder político. Imagina ahora que el porcentaje aumenta, ¿Podemos hablar de esclavitud o de una forma normalizada de trabajo forzado?
Sea como fuere, esto tiene efectos que van más allá de la mera sustracción de recursos, ya que genera un profundo daño psicológico y una distorsión de los incentivos; en el fondo, el conocimiento de que una porción significativa del fruto de tu esfuerzo será confiscada reduce la motivación para trabajar más duro, para innovar, para asumir riesgos, etc., lo que representa una “pérdida de peso muerto”[5] que no aparece en los balances del aparato estatal, sino que es una pérdida de energía humana, de creatividad y de progreso que se disipa en la apatía o la evasión. En este marco, entonces, el “día de la liberación de impuestos” —que es el Día del año en que un ciudadano promedio teóricamente deja de trabajar para el Estado y empieza a trabajar para sí mismo— debería ser un día de luto nacional, un recordatorio anual del tiempo de vida que ha sido expropiado a todos los miembros de la población.
2. La burocracia como ladrón del tiempo personal
Más allá de los impuestos, la cronarquía opera a través de la asfixia regulatoria y burocrática, siendo una forma de agresión más sutil, pero igualmente devastadora. Cada formulario que debe ser llenado, cada licencia que debe ser solicitada, cada fila en una oficina estatal, cada inspección que debe ser atendida, representa un robo de tiempo personal. Y si se quiere abrir un negocio, el asunto es aún peor, en muchos casos, porque, en lugar de solo apelar a las acciones que directamente tienen que ver con la operatividad del negocio, el Estado hace recorrer todo un camino para obtener los permisos y licencias necesarios para operar, así como —arbitrarias— normativas laborales complejas que requieren de la contratación de asesores solo para entenderlas, haciendo que se pierda el tiempo y recursos monetarios en ello, en lugar de operar y servir al consumidor directamente, lo antes posible. En suma, es tiempo personal consumido en el proceso burocrático impuesto por el Estado.
Ahora, multipliquemos este conjunto de transacciones burocráticas por millones de ciudadanos y empresas, y podremos vislumbrar el océano de tiempo personal que el Estado drena de la sociedad cada año. Así, y por si fuera poco, la Cronarquía regulatoria solo crea una casta de parásitos del tiempo, a saber: burócratas cuyo trabajo consiste en consumir el tiempo personal de los demás. Por lo tanto, no solo hablamos del coste de hacer negocios, sino incluso de grandes barreras existenciales no naturales —entiéndase: que responden solo a la existencia impuesta por el Estado— que muchas veces protege a las grandes corporaciones establecidas y privilegiadas, que pueden permitirse departamentos enteros para navegar la burocracia, y aplasta el espíritu del pequeño empresario. En ambos casos, sin embargo, se dedica tiempo solo para saldar las normativas arbitrarias, un tiempo personal que se pudo haber dedicado a la innovación, la creación, el descanso o el cuidado de nuestros seres queridos.
3. El servicio militar obligatorio y el encarcelamiento
Ahora bien, la cronarquía alcanza su máxima expresión en el servicio militar obligatorio y el encarcelamiento por crímenes sin víctimas. En el caso del servicio militar obligatorio, el Estado se arroga el derecho de secuestrar a un individuo durante meses o años, expropiando la totalidad de su tiempo y controlando cada aspecto de su existencia, al punto en el que se le dice cuándo despertar, qué comer, qué vestir, qué pensar y, potencialmente, se le ordena matar o morir por causas que el individuo no ha elegido.
De manera similar, el encarcelamiento por “crímenes” que no agreden la propiedad ajena, o a un tercero —como el consumo de ciertas sustancias, la expresión de ideas impopulares o acuerdos voluntarios entre adultos— constituye una de las más graves agresiones temporales, dado que el Estado confisca violentamente años o décadas del futuro de una persona encerrándolo en la cárcel, haciendo perder su tiempo, su potencial y su proyecto de vida en una celda.
Pero la ilegitimidad e inmoralidad de éste tipo de confiscación de tiempo personal no solo reside en el tiempo robado en sí, sino también en el coste de oportunidad que representa, tendiente al infinito. En los años en el que el Estado somete el cuerpo y tiempo de los individuos, éste podría haber fundado una empresa, haber escrito una novela, haberse enamorado y formado una familia, o haber descubierto una cura para una enfermedad, o puede que simplemente no haya logrado nada de eso y se haya dedicado a sumergirse en el vicio, pero el punto es que el Estado elimina toda posibilidad de cambio para mejor, en beneficio de las personas que rodean al individuo, la sociedad, y el individuo mismo; ese futuro potencial es borrado del universo para siempre porque el Estado busca castigar al individuo por mero capricho[6].
Una deuda de tiempo personal del Estado: el contrato social como servidumbre hereditaria
Todo lo anterior encuentra su justificación más persistente y arraigada en la ficción del contrato social, en el que se fundamente una “educación” —adoctrinamiento, en realidad— que inculca que hemos consentido tácitamente ceder porciones de nuestra libertad y nuestro tiempo, a cambio de seguridad y servicios —muchas veces deficientes—. No obstante, un análisis riguroso revela este concepto no como un contrato, sino como un fraude, porque un contrato válido exige consentimiento explícito, voluntario e informado por parte de todos los firmantes, y en el caso del mal llamado “contrato social”, nadie ha firmado el pacto. Más bien, hemos nacido en él, como un siervo medieval nacía en una tierra que no le pertenecía, con obligaciones preexistentes hacia un señor que nunca eligió.
Pero, por si esto no es suficiente, lo que ha derivado de ese supuesto contrato es una deuda de tiempo personal perpetua e intergeneracional, ya que el Estado, con su insaciable apetito de gasto, recurre al endeudamiento público, consumiendo de este modo el tiempo de los ciudadanos, condenándolo a pagar dicha deuda a través de los impuestos o la inflación. En principio, lo que el Estado hace con el gasto y la deuda es hipotecar el tiempo personal de cada uno de los miembros de la sociedad que domina y dominará —presente y futuro—, porque éstos deberán invertir dicho tiempo en saldar una deuda que ellos no han tomado. Cada bono de deuda emitido por el Estado es una reclamación legal sobre la productividad futura de niños que hoy juegan en el parque y de individuos que aún no han nacido, condenándolos a un mundo donde ya se les ha impuesto una carga, una obligación de dedicar miles de horas de su vida a pagar los intereses de deudas en las que no incurrieron, para financiar proyectos que nunca aprobaron. En suma, es una forma de servidumbre hereditaria, una transferencia de cadenas temporales de una generación a la siguiente, pero normalizada como “política fiscal” en “beneficio de la sociedad”.
En este marco, el individuo no nace libre, la soberanía individual es una farsa desde el nacimiento, porque ya es un deudor temporal del aparato estatal por imposición de un gravamen que precede su elección personal. Así, la relación natural —el individuo nace libre y puede elegir asociarse a medida que desarrolla sus facultades de juicio en el tiempo— se invierte: en lugar de que el individuo sea el soberano que puede, si lo desea, contratar servicios de protección o arbitraje, el Estado se posiciona como el acreedor primordial que le permite al individuo quedarse con una porción de su propio tiempo solo después de haber cobrado su deuda impuesta. Por consiguiente, romper con la cronarquía exige repudiar la noción de deuda no consentida, reafirmando el principio de que ninguna persona tiene el derecho de vender y/o adjudicarse el tiempo de otro por medio de la fuerza.
La alternativa libertaria: un mercado de tiempo personal
¿Cuál es la alternativa a la Cronarquía? Una sociedad basada en el respeto radical al tiempo personal, en donde la disposición del propio tiempo sea un derecho supremo, y toda interacción humana tenga el escenario para que los intercambios sean voluntarios. Y tal sociedad no es una utopía abstracta, sino una simple universalización del principio que ya aplicamos en nuestras interacciones más éticas y productivas en nuestra cotidianidad, cuando el Estado no está en medio de lo que realizamos.
El mercado, en su forma más pura, no es más que un vasto sistema de intercambio voluntario de tiempo, información y talento. Cada persona que se dedica a prestar algún servicio, elige invertir su tiempo en ello, en servir, y nosotros elegimos voluntariamente compensarlo —con cosas que también requirieron inversión de nuestro tiempo—; no hay coacción, sino cooperación; cada precio, cada salario, cada contrato en un mercado libre es un reflejo de cómo millones de individuos valoran y asignan voluntariamente su tiempo personal. Por tanto, eliminar la carga fiscal coercitiva, la asfixia regulatoria y las imposiciones burocráticas, solo liberarían billones de horas de tiempo personal, que podrían aprovecharse mejor para el desarrollo del individuo y la sociedad.
En este punto, hay quienes pudieran argumentar que en un sistema así los pobres serían “forzados” por la necesidad a vender su tiempo personal por poco, pero éstos no ven que es precisamente la cronarquía la que perpetúa la pobreza, en la medida en que roba capital a través de los impuestos, destruye oportunidades con la regulación y devalúa los ahorros con la inflación, reduciendo drásticamente la acumulación de capital que es necesaria para aumentar la productividad y, con ella, los salarios reales. En una sociedad libre, el capital se acumularía más rápidamente, haciendo que el trabajo —el tiempo personal aplicado— fuera cada vez más valioso. Además, los enormes recursos hoy consumidos por el Estado estarían disponibles para la ayuda mutua y la filantropía voluntaria, formas de asistencia mucho más dignas y eficaces que la caridad forzosa y burocrática del Estado de Bienestar. En suma, la liberación del tiempo personal es, a todas luces, la mayor y más eficaz política “antipobreza” que pueda existir.
Conclusión: la abolición de la cronarquía como imperativo moral
La batalla contra la cronarquía no es solamente política o económica, como ya mencionamos, sino que tiene implicaciones filosóficas. La existencia del Estado impone al individuo de forma tiránica a interrumpir su flujo vital, su proyecto creativo, para someterse a los ritmos artificiales y externos de la burocracia y el fisco. Para Martin Heidegger, de hecho, la existencia humana —Dasein— como un “ser-allí” —o siendo-allí— intrínsecamente temporal, que está constantemente proyectándose hacia un futuro de posibilidades, es auténtica —Eigentlichkeit— cuando la persona asume la propia finitud y elije las propias posibilidades, es decir, es dueño de su propio proyecto de vida; en contraste, la existencia humana inauténtica —Uneigentlichkeit— refiere a aquella que se deja caer en el “uno” o “la gente” —das Man—, permitiendo que otros sean quienes dicten sus posibilidades y decisiones, su tiempo personal.
En este marco, podemos decir que, en buena medida, vivimos en una sociedad de seres no auténticos, porque el Estado —el cronarca— impone sus directrices y dicta las posibilidades y decisiones del tiempo personal de los miembros que la conforman. Es decir, el Estado es la institucionalización del das Man, es el “uno” que dicta que los individuos debemos pagar impuestos, cumplir con las regulaciones, servir al ejército, imponiendo metas colectivas que responden a una agenda externa a nuestras elecciones. En esencia, el Estado ataca directamente el “ser-para-sí” —o siendo-para-sí—, porque lo limita de su capacidad de ser causa de sí misma, reduciéndolo a un “ser-en-sí” —o siendo-en-sí—, es decir, a un mero objeto, un recurso a plena disposición de los burócratas, un engranaje de la maquinaria estatal. La coacción al tiempo personal es, pues, un asalto a la posibilidad misma de una vida auténtica.
Por todo ello, podemos concluir que el Estado no debe robar el tiempo personal porque constituye la misma vida de las personas, una manifestación de su existencia; pero hacerlo también es un ataque a la propiedad primigenia, la fuente de la cual emana la legitimidad de toda otra propiedad; y, por último, desde un punto de vista más utilitario, no debe hacerlo porque destruye el florecimiento humano, coarta la creatividad y la cooperación que dan paso al buen vivir en comunidad, a la civilización.
[1] Al respecto, ver: Joaquín Fuster. 2014. Cerebro y libertad: los cimientos cerebrales de nuestra capacidad de elegir. Publicado por Editorial Planeta, S. A., capítulos 3, 4 y 5.
[2] Violencia, fuerza, coacción, que son los medios por los cuales un grupo somete la voluntad de otros a su voluntad. Al respecto, ver: Franz Oppenheimer. 2014. El Estado, su historia y evolución desde un punto de vista sociológico. Traducido por Juan Manuel Baquero Vázquez y publicado por Unión Editorial.
[3] Y si apelamos a la filosofía de Heidegger, es el tiempo el ser mismo del ser humano, en tanto humano, una realidad a la que se encuentra arrojado, ser-allí —o siendo-allí—, y que debe reconocer, aceptar y, en muchos casos, afrontar para dar sentido a su existencia. Al respecto, ver: Martin Heidegger. 1927. Ser y tiempo. Edición electrónica de la Escuela de Filosofía de la Universidad ARCIS. Traducción, prólogo y notas de Jorge Eduardo Rivera.
[4] Alguien podría decir que una persona puede ser enterrada con cosas materiales, pero el mensaje de fondo es que, aun si eso pasa, es la condición de estar vivo lo que permite asignar valores a las cosas, por lo que para un muerto sirven las propiedades lo mismo que sirve un paraguas para un pez en el desierto. Es completamente inútil.
[5] Este es un concepto económico, también conocido como “pérdida irrecuperable de eficiencia”, que refiere a una reducción del excedente económico total, indicando una pérdida de beneficios tanto para consumidores como para productores. Con ello, se transmite la idea de que los impuestos crean un escenario en el que la sociedad en su totalidad no logra, ni logrará, alcanzar el bienestar que podría alcanzar dadas las condiciones presentes sin impuestos, porque el poder político mutila esa capacidad al limitar a los miembros que la conforman.
[6] Algunos puede que recurran a la expresión de que la cárcel para personas que realizan “crímenes” sin víctimas es una especie de “pago a la sociedad”, pero, ¿Cómo podría constituir un pago a la sociedad una sentencia de 2, 5 o 10 años por poseer estupefacientes para el consumo personal? Al contrario, sustraer ese tiempo personal deriva en mutilar muchas posibilidades futuras para el individuo y la sociedad. Este tipo de actos es la cronarquía en su manifestación más brutal, porque se secuestra la única vida que esa persona tendrá, es el secuestro de la existencia misma en nombre de una moralidad impuesta por la fuerza.
La tarde de este sábado 07 de junio el precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay, opositor al actual gobierno de Gustavo Petro, resultó gravemente herido tras ser atacado por la espalda mientras se dirigía a simpatizantes en el parque de Modelia, localidad de Fontibón, zona céntrica del país.
Según las primeras versiones, un hombre se le aproximó y le disparó a corta distancia, aparentemente en la cabeza. Testigos relataron que la víctima cayó con la cara y la espalda ensangrentadas.
Una ambulancia que circulaba por la zona auxilió al parlamentario del partido Centro Democrático, y lo trasladó al Medical Center de la localidad de Engativá, donde permanece en cirugía y bajo pronóstico reservado.
De inmediato la Policía Metropolitana aplicó un plan candado en el occidente de la capital para dar con el paradero del agresor, cuya identidad y motivaciones aún no han sido confirmadas.
La Fiscalía de la nación sudamericana designó un grupo especial de homicidios y antiterrorismo para asumir el caso, mientras los forenses trabajan en la recolección de vainillas y revisión de cámaras de seguridad del sector.
En este marco, el expresidente Álvaro Uribe Vélez condenó el ataque y pidió celeridad en la investigación, calificándolo como “un atentado contra la democracia”.
Asimismo, dirigentes de todos los partidos expresaron solidaridad y exigieron garantías de seguridad para los aspirantes presidenciales en un país que ya acumula tres contendores heridos o amenazados en lo que va de año.
Cabe señalar que Miguel Uribe, exsecretario de Gobierno de Bogotá y senador desde 2022, encabeza las encuestas internas del Centro Democrático de cara a la definición, prevista para junio, del candidato único de la derecha para las presidenciales de 2026.
Su discurso se centra en seguridad ciudadana y reactivación económica; y en las últimas semanas había denunciado “presiones e intimidaciones” contra su equipo en plazas públicas del Caribe y el Eje Cafetero.
En este sentido, destaca que el atentado ocurre en plena disputa interna de la colectividad uribista y a días del primer foro regional donde los precandidatos medirían fuerzas.
Analistas advierten que el episodio podría reconfigurar la contienda y agudizar el debate sobre la protección a líderes políticos, justo cuando el gobierno prepara un nuevo protocolo de seguridad para la campaña que se inicia formalmente en agosto.
Mientras la ciudad refuerza el dispositivo policial, simpatizantes y detractores aguardan el parte médico que definirá, en buena medida, el futuro inmediato de la carrera presidencial.
Caracas. – El ministro chavista de defensa, Vladimir Padrino López, se encuentra al frente de una mafia que, además de apropiarse de recursos generados por la venta de petróleo y minerales, también gestiona falsas solicitudes de asilo en Estados Unidos.
Así lo denunció la abogada Estrella Infante, en un hilo publicado en su cuenta de la plataforma X, en la cual destaca que Padrino «no solo tiene el control sobre las armas y la represión: también ha tejido una red empresarial que le otorga poder económico en dos extremos del sistema —el que oprime y el que ofrece una vía de escape».
En su denuncia, explica que Padrino desde febrero de 2016 está al frente de Camimpeg (Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas), empresa que en realidad es una compañía paralela a PDVSA, pero bajo control exclusivamente militar.
Sin embargo, la abogada revela, que más allá del control militar, el control es exclusivo de Padrino López y su familia, quien ha puesto al frente de los principales despachos del Camimpeg a sus allegados.
«El control es total: los cinco miembros de su junta directiva son nombrados directamente por Padrino López. Mientras el país se hunde, Camimpeg se fortalece con fondos estatales… que no se quedan en Venezuela», denuncia Infante.
Asimismo, advierte que la citada empresa en realidad es una «caja negra. La familia de Padrino López es quien abre y vacía su contenido».Jesús María Padrino Renaud, tío de Padrino López, fue puesto al frente de «las empresas Jemyl Corporation y Desmoines Finance, accionistas principales de Prinmaplast, C.A., una compañía de pinturas que recibió $4 millones a tasa preferencial CADIVI».
La esposa del ministro chavista, Yarazedt Betancourt, ostenta el cargo de directora de Prinmaplast, C.A. empresa que «recibió millones en dólares preferenciales entre 2004 y 2012. Hoy, la planta está abandonada. Pero sus conexiones siguen vivas, ahora en EE.UU.».
Mientras, una prima, Ludmila Padrino Valderrama, funge como directora de la firma Trámites Consulares INC. , con oficinas en Texas y Florida.
Infante señala, que este despacho ofrece tanto asistencia migratoria, como la elaboración de solicitudes para asilo político, además de dictar talleres para «aprender a solicitar asilo político».
Las asesorías son falsas, pues, están sustentadas con pruebas fabricadas. «Varios testimonios y denuncias sugieren que proveen documentos falsos para fortalecer solicitudes de asilo, lo que convierte a esta operación en una burla directa al sistema migratorio de EE.UU.», denuncia la abogada.
No obstante, gracias a sus manejos oscuros, Padrino y su familia han logrado construir una red que maneja 24 empresas, entre Estados Unidos y Venezuela, además de poseer propiedades de hasta 4.5 millones de dólares tanto en Texas como en Florida.
«El mismo grupo que reprime en Venezuela, vende salvación en el extranjero», asegura Infante.»El ciclo perfecto de impunidad. Padrino militariza la economía con Camimpeg. Extrae millones en contratos con PDVSA. Canaliza fondos a familiares. Su prima monta una empresa en EE.UU. que cobra por tramitar asilos a víctimas del régimen que él mismo defiende. ¿Cinismo? ¿Crimen transnacional? ¿Tráfico de influencias? Todo al mismo tiempo. Negocio redondo», reflexiona finalmente la profesional del derecho.
Negocio redondo: Padrino controla el petróleo y su familia asesora para asilos en EE.UU. generando pruebas falsas
Vladimir Padrino López, Ministro de Defensa de Venezuela, no solo tiene el control sobre las armas y la represión: también ha tejido una red empresarial que le… pic.twitter.com/bMJ2vo4kOY
En nuestra web utilizamos cookies para hacer tu navegación más personalizada en tus próximas visitas. Al hacer clic en "Aceptar" o navegar en la web, aceptas estas condiciones.
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these cookies, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may have an effect on your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.