El presidente de EE. UU., Donald Trump, ha anunciado este lunes un acuerdo entre Rusia y Ucrania para la apertura «inmediata» de negociaciones para un alto el fuego y «poner fin a la guerra».
«Acabo de terminar mi conversación de dos horas con el presidente de Rusia, Vladimir Putin. Creo que ha ido muy bien. Rusia y Ucrania comenzarán de inmediato las negociaciones para un alto el fuego y, lo que es más importante, para poner fin a la guerra», ha anunciado Trump en su cuenta en Truth Social.
El inquilino de la Casa Blanca ha explicado que Kiev y Moscú negociarán las condiciones «como no puede ser de otra manera» porque «conocen detalles que nadie más percibiría».
Por otro lado, ha destacado que «el tono y el espíritu» de la conversación con Putin «ha sido excelente». «Si no hubiera sido así, lo diría antes que después. Rusia quiere comerciar a gran escala con EE. UU. cuando termine este catastrófico baño de sangre y yo estoy de acuerdo», ha apuntado.
«Rusia puede crear mucho empleo y riqueza. Su potencial es ilimitado», ha subrayado. En cuanto a Ucrania, «también se puede beneficiar del comercio durante la reconstrucción del país».
En este marco, Trump ha explicado que ya ha informado al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski; a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; al presidente de Francia, Emmanuel Macron; a la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni; al canciller de Alemania, Friedrich Merz, y al presidente de Finlandia, Alexander Stubb, en una llamada inmediatamente posterior a la llamada con Putin.
Caracas. – El secuestro de 17 extranjeros, acusados sin evidencias de supuestamente formar parte de un sabotaje en contra de la farsa electoral del próximo 25 de mayo, fue anunciada este lunes por el jerarca chavista Diosdado Cabello.
El número dos del narcorégimen y catalogado como jefe del «Cartel de los Soles», ofreció una rueda de prensa en la cual habló de un supuesto plan de conspiración, que buscaría sembrar el caos el próximo domingo en el país.
Junto a los 17 extranjeros raptados por los organismos represivos del narcorégimen, se ubican otros 17 venezolanos también apresados de manera injusta.
Según la narrativa difundida por Cabello, entre los planes estaba ejecutar el supuesto secuestro de altos funcionarios de la tiranía chavista. También, dijo que el grupo es aparentemente dirigido por un exoficial de la GNB, identificado como Arturo Gómez Morante.
Así, señaló, sin ofrecer pruebas, que «detrás de esto» estaría la dirigente María Corina Machado —quien llamó a no participar en los comicios—, mientras que el «brazo operativo» sería presuntamente el excomisario del CICPC, Iván Simonovis.
Según Cabello, entre los extranjeros detenidos habría «explosivistas, coyotes y mercenarios, personas que han arribado a Venezuela […] cuando revisamos sus equipos telefónicos se habla claramente del trabajo que vienen a realizar a nuestro país».
Una de las medidas adoptadas por la Narcotiranía chavista este lunes fue la suspensión de todos los vuelos desde y hacia Colombia, debido al supuesto ingreso de estos ciudadanos desde ese país.
Según la ONG Foro Penal. actualmente, hay 72 extranjeros secuestrados por el narcorégimen. Entre ellos destacan el caso de, por lo menos, nueve estadounidenses, un israelí y el gendarme argentino Nahuel Gallo.
Todos han sido acusados, sin ninguna prueba fehaciente, de conspirar contra la tiranía de Nicolás Maduro. Ahora, a esta cifra se agregan 17 casos más, cuyas nacionalidades no han sido precisadas todavía por el chavismo.
Caracas. – La Corte Suprema de EE. UU. dio autorización este lunes a la administración de Donald Trump para eliminar el Estatus de Protección Especial (TPS), beneficio que protege de la deportación a más de 350.000 inmigrantes venezolanos.
El tribunal aprobó una solicitud de emergencia presentada por la citada administración para seguir adelante, mientras el caso se litiga en los tribunales, con su revocación de la decisión tomada a finales de su mandato por el expresidente demócrata Joe Biden para extender esta protección temporal.
El alto tribunal accedió a la solicitud del Departamento de Justicia de levantar una orden del juez federal Edward Chen, con sede en San Francisco, que había frenado la decisión de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, de poner fin a la protección otorgada a los venezolanos bajo el programa TPS.
La orden judicial respondía a una demanda presentada por beneficiarios del TPS, y por el grupo de defensa Alianza Nacional del TPS, quienes argumentaban que Venezuela sigue siendo un país peligroso para retornar.
Cabe recordar que el TPS permite a los migrantes trabajar y vivir legalmente en EE. UU. debido a que sus países de origen son considerados inseguros para el regreso, ya sea por conflictos civiles o desastres naturales.
En el caso de Venezuela, muchos ciudadanos debieron escapar a EE. UU. justamente tras ser perseguidos por el narcorégimen chavista. Ahora, muchos de estos venezolanos enfrentarían procesos de deportación y el enorme riesgo que implica retornar a un país dominado por una Narcotiranía socialista.
Kristi Noem, actual secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anuló en febrero la extensión al TPS de Biden, justo antes de que entrara en vigor. Argumentó que los migrantes venezolanos representaban una carga para los recursos del país. Algunos de ellos incluso fueron tachados de ser una amenaza para la seguridad, al ser acusados de formar parte de la organización terrorista «Tren de Aragua».
En ese entonces, se esperaba que el TPS, sobre todo en el caso de los venezolanos, expirara en 2026, pero Noem decidió suspenderlo, en favor a las políticas contrarias a la medida de «fronteras abiertas», que permitió Joe Biden en su mandato.
Oriana Aranguren estudia Ciencias Fiscales, mención Aduanas y Comercio Exterior, y es cofundadora del capítulo Ladies of liberty Alliance (LOLA) Caracas, desde donde se promueve el liderazgo femenino en el movimiento libertario. También, es coordinadora local de EsLibertad Venezuela.
«Un mundo más libre para todos por igual requiere la plena participación de todas las mentes capaces, lo cual incluye a las mujeres, que no solo pueden ser sujetos de libertad, sino sus arquitectas y sus guardianas«
Oriana Aranguren
El pensamiento político liberal, que podemos decir que, a pesar de la diferencia en su espectro político, todos convergen en mayor o menor medida en hacer énfasis en la libertad individual, los derechos naturales, el gobierno limitado y el libre mercado, ha sido una de las fuerzas motrices más transformadoras de la modernidad. Desde sus inicios, ha desafiado el poder concentrado, arbitrario, y ha abogado por una sociedad donde cada persona tenga la autonomía para perseguir su propia felicidad y desarrollar su potencial.
Sin embargo, hasta el momento, sean por las razones que sean, la narrativa histórica de esta tradición intelectual a menudo ha relegado a un segundo plano, o incluso omitido, las cruciales contribuciones de las mujeres. En vista de ello, en este artículo me propongo reivindicar esa “raíz violeta” de la libertad, explorando el aporte, grande o pequeño, de mujeres intelectuales al pensamiento liberal y libertario, y extendiendo una invitación a las mujeres de hoy a sumergirse en la intelectualidad en búsqueda de un mundo más libre para todos.
Para empezar, es innegable que los cimientos del liberalismo fueron predominantemente establecidos por figuras masculinas como John Locke, Adam Smith, Montesquieu, Frédéric Bastiat, o más recientemente Ludwig von Mises, Friedrich von Hayek, que deriva en muchos otros pensadores más contemporáneos, como Robert Nozick, Murray Rothbard, Jesús Huerta de Soto, entre muchos otros, más o menos radicales, unos tendiendo más al anarquismo, otros al liberalismo clásico, otros al minarquismo. Sus ideas sobre el consentimiento de los gobernados, la separación de poderes, la mano invisible del mercado, la importancia de la libertad de expresión, el orden espontáneo —o extenso—, la acción humana, la empresarialidad innata en el ser humano, entre otros aportes, siguen siendo pilares del pensamiento liberal y libertario.
No obstante, sería un craso error asumir que el desarrollo y la profundización de estos principios fueron un monólogo masculino. Mujeres pensadoras, a menudo enfrentando barreras sociales y académicas significativas, no solo abrazaron estos ideales, sino que los expandieron, los criticaron constructivamente y los aplicaron a realidades que sus contemporáneos masculinos frecuentemente ignoraban, algunas especialmente en lo referente a la condición femenina. Podemos mencionar a algunas de ellas:
Mary Wollstonecraft, la escandalosa
Una de las primeras y más influyentes voces fue Mary Wollstonecraft, escritora y filósofa inglesa. En su obra seminal Vindicación de los derechos de la mujer (1792), Wollstonecraft aplicó de manera rigurosa los principios liberales de la razón y los derechos individuales a la situación de las mujeres, argumentando con vehemencia que la aparente inferioridad intelectual de las mujeres no era inherente, sino producto de una educación deficiente y de una sociedad que las confinaba al ámbito doméstico —era contingente—. Para Wollstonecraft, la libertad individual y la autonomía moral eran imposibles sin el acceso a la educación y la participación en la vida pública, lo que la llevó a demandar una igualdad en la educación y el reconocimiento de la capacidad racional de las mujeres, marcando un hito en la historia del pensamiento del feminismo liberal. Marcada por la época, sostenía que para que la libertad fuera verdaderamente universal, debía incluir a esa mitad de la humanidad, muchas veces relegada a las labores domésticas.
De hecho, Wollstonecraft se caracterizó por defender un orden social fundamentado en la razón —algo que se replicaría más tarde con Ayn Rand, de quien hablaremos un poco más adelante—. Si bien es cierto que muchas veces la pensadora es conocida por —aparentemente— una vida alborotada, eso no resta importancia a su lucha por la libertad, especialmente por la de las mujeres[1] y los mismos derechos de los hombres[2]. También, y a modo de dato curioso, destaca que, a pesar de ser mujer del siglo XVIII, fue capaz de establecerse como escritora profesional e independiente en Londres, algo inusual para la época, aunque murió temprano, a los 38 años de edad.
La controvertida Harriet Taylor Mill
Avanzando en el tiempo, encontramos figuras como Harriet Taylor Mill, filósofa inglesa, quien, aunque a menudo eclipsada por su esposo John Stuart Mill, fue una colaboradora intelectual crucial en obras tan importantes como “Sobre la libertad” y autora de “La emancipación de la mujer”, consolidándola como una defensora de los derechos de las mujeres. El mismo John Stuart Mill reconoció la gran influencia de su esposa en su pensamiento, en particular en sus ideas feministas. Taylor Mill defendió con pasión la igualdad absoluta ante la ley entre hombres y mujeres, en todos los ámbitos: político, legal, social y doméstico. Si bien es cierto que su pensamiento radicalizó, al punto en el que pareciera tender al socialismo, no elimina sus aportes en la consistencia de la concepción de la libertad que tenía su esposo sobre la individualidad y la libertad, argumentando que la negación de la libertad a las mujeres no solo era una injusticia para ellas, sino una pérdida para toda la sociedad, que se privaba así del talento y la contribución de la mitad de sus miembros. De alguna manera, su visión sobre la libertad y la igualdad se extendió a la crítica de las convenciones sociales que coartaban la libertad individual, abogando por una reestructuración profunda de las relaciones entre hombre y mujer.
Ayn Rand y el objetivismo
Llegado el siglo XX, la tradición liberal y, más específicamente, la libertaria, se vio enriquecida por pensadoras de la talla de Ayn Rand, quien, aunque controvertida, no se puede negar la gran influencia que ejerció en el movimiento libertario. Sin duda alguna, es la más conocida de todas, y no podía faltar en esta lista. A través de sus novelas[3] y ensayos[4], Rand desarrolló una filosofía objetivista que colocaba la razón individual, el egoísmo racional y el capitalismo laissez-faire en el centro de su sistema filosófico, conocido como: “objetivismo”.
Con su personalidad característica, Rand defendió la santidad del individuo frente al colectivismo y el estatismo, argumentando que el único sistema social moral es aquel que protege los derechos individuales, especialmente el derecho a la propiedad y a la búsqueda de la propia felicidad sin coerción, al punto en el que su defensa de la libertad individual y su crítica al poder estatal resuenan profundamente en el pensamiento libertario contemporáneo. Rand dejó plasmado en todas sus obras un contundente mensaje, a saber: que la mente individual es la herramienta fundamental de supervivencia y progreso, y que cualquier intento de subyugarla en nombre de un supuesto bien común era moralmente reprobable.
Rose Wilder Lane y su férrea defensa por la libertad individual y sus argumentos contra el racismo
Otra figura destacada, aunque quizás menos conocida popularmente, pero de gran influencia en círculos académicos libertarios, es Rose Wilder Lane. Hija de la famosa autora Laura Ingalls Wilder, Lane fue una periodista y escritora política que evolucionó hacia una defensa acérrima del individualismo y el antiestatismo. En obras como The Discovery of Freedom (1943), Lane argumentó que la historia de la humanidad es una lucha constante por la libertad individual contra la autoridad coercitiva, que busca someter la voluntad de muchos a los designios caprichosos de unos pocos. Enmarcada en su pensamiento, contemporánea con Ayn Rand, dio suma importancia de la energía individual, la creatividad y la cooperación voluntaria como motores del progreso social y económico, contrastándolos con la ineficiencia y la opresión inherentes al control gubernamental, sentándose así de este modo como una de las fundadoras del movimiento libertario estadounidense.
Cabe señalar que Rose Wilder Lane, aunque carecía de estudios formales, leyó con mucho entusiasmo y aprendió por sí misma varios idiomas, y más tarde empezaría una carrera como escritora (1908). Tiempo después, en los albores de la entrada de EE. UU. a la Primera Guerra Mundial, acepta una oferta de trabajo como asistente de redacción del personal del San Francisco Bulletin, donde rápidamente demostraría su capacidad para escribir y corregir lo que hacían otros autores, consiguiendo que su foto y firma circularan en el diario del mismo medio. Es en este periodo donde produce varias novelas, trabajos periodísticos y relatos sobre temas varios. Para 2918 consigue consolidarse como una escritora independiente, siendo nominados algunos de sus cuentos para los Premios O. Henry y volviéndose top Sellers otros tantos. Ya para finales de los años 20, Lane tenía la reputación de ser una de las escritoras mujeres mejor pagadas de EE. UU.
Sin embargo, sería en la década de los 40 hablaría más sobre su visión de la sociedad, destacando su columna semanal para The Pittsburgh Courier —el diario afroamericano más leído en el momento— (1942-1945). Desde ese momento, habló abiertamente sobre su perspectiva laissez-faire a todos sus lectores, resaltando su defensa a la libertad, sobre todo en contra del racismo[5]. En sus palabras, las categorías de razas eran ridículas, y demandaba a todos los estadounidenses a abandonar “la raza” y defender la libertad individual, aprovechando cada oportunidad que tuvo para arremeter contra las ideas del New Deal promovido por el presidente Franklin D. Roosevelt, por considerarlas colectivistas y un virus que envenenaba la mente de los jóvenes[6].
Deirdre McCloskey y su trilogía sobre las virtudes burguesas
Más recientemente, pensadoras como Deirdre McCloskey, historiadora económica y crítica social, han realizado contribuciones significativas al entendimiento liberal del progreso y la prosperidad. En su trilogía sobre la “Era Burguesa”, McCloskey ha argumentado que el gran enriquecimiento de los últimos siglos no se debió principalmente a factores materiales como el capital o las instituciones, sino a un cambio en las ideas y la ética, a saber: la creciente aceptación y valoración de las virtudes burguesas como la innovación, el comercio, la prudencia y la búsqueda del beneficio. En su obra, subraya la importancia de la libertad de ideas, la persuasión y el respeto por la dignidad individual como fundamentos de una sociedad próspera y dinámica. No conforme con esto, McCloskey también ha sido una defensora de la libertad de mercado desde una perspectiva ética, enfatizando cómo los intercambios voluntarios benefician a todas las partes y fomentan la cooperación.
Por mujeres más intelectuales
Todas estas mujeres, entre muchas otras —pensemos en Madame de Staël y su defensa de las libertades individuales frente al despotismo napoleónico; o en Suzanne La Follette y su temprano análisis libertario del feminismo en Concerning Women (1926) y su total rechazo al comunismo—, no solo adoptaron los principios liberales, sino que los desafiaron, los refinaron y los aplicaron de maneras novedosas y cruciales, demostrando, así, que la lucha por la libertad individual es inseparable de la lucha por la igualdad ante la ley, independientemente del sexo, raza o religión, y que una comprensión profunda de la libertad requiere examinar cómo las estructuras de poder, indepentientemende de sus ámbitos o campos, la limitan.
En este marco, habiendo nombrado los aportes de algunas pensadoras con más o menos relevancia, solo cabe decir que su legado es un llamado a la acción. En un mundo que todavía enfrenta numerosas amenazas a la libertad individual, desde el resurgimiento de autoritarismos hasta la expansión insidiosa del control estatal y la persistencia de desigualdades estructurales que son auspiciadas por la intervención estatal, la necesidad de pensamiento crítico y profundo es más urgente que nunca.
Cabe señalar que el pensamiento liberal y libertario ofrece un marco robusto para analizar estos desafíos y proponer soluciones que pongan al individuo en el centro, pero no todas las preguntas tienen respuestas; aún quedan espacios vacíos en donde los nuevos intelectuales, incluyendo las mujeres, pueden aportar un grano de arena para el avance teórico del mismo, para una mejor defensa de la libertad.
La invitación, entonces, se extiende con especial énfasis a las mujeres de hoy. La historia nos muestra que su participación en la arena intelectual no es un mero complemento, sino una fuerza esencial para el avance de la libertad. Dedicarse a la intelectualidad, al pensamiento profundo, a la investigación rigurosa y al debate valiente no es una tarea reservada a unos pocos, ni mucho menos a un solo género, sino que requiere curiosidad, disciplina, coraje para cuestionar lo establecido y, sobre todo, una pasión por la verdad y la libertad.
Al sumergirse en el estudio de la filosofía política, la economía, la historia y las ciencias sociales desde una perspectiva liberal y/o libertaria, las mujeres pueden no solo enriquecer estas tradiciones con sus propias experiencias y perspectivas, sino también desarrollar las herramientas para defender eficazmente sus propias libertades y las de los demás, pueden identificar y desafiar las formas sutiles y no tan sutiles en que la libertad es coartada, ya sea por la intervención gubernamental excesiva, por prejuicios sociales arraigados o por la intolerancia cultural.
Un mundo más libre para todos por igual requiere la plena participación de todas las mentes capaces, lo cual incluye a las mujeres, que no solo pueden ser sujetos de libertad, sino sus arquitectas y sus guardianas. Si bien el camino de la intelectualidad es arduo, sus frutos —la claridad de pensamiento, la capacidad de persuasión, la formulación de soluciones innovadoras y, en última instancia, la expansión de la libertad humana— son inconmensurables. Hoy, tenemos la oportunidad de seguir el ejemplo de Wollstonecraft, Taylor Mill, Rand, Lane, McCloskey y tantas otras. Más que la oportunidad, tenemos la responsabilidad de tomar el relevo y seguir arraigando esas raíces violetas del árbol del pensamiento liberal. La invitación está hecha: el mundo necesita nuestras ideas, nuestras voces, y nuestro inquebrantable compromiso con un futuro donde cada individuo, sin excepción, pueda florecer en libertad.
[1] Su trabajo más conocido es: “Vindicación de los derechos de la mujer”.
[2] Tan solo ver la carta: “Vindicación de los derechos del hombre”, enviada a Edmund Burke, en respuesta a sus reflexiones sobre la revolución francesa. Allí, Wollstonecraft ataca las premisas de Burke en defensa de la monarquía constitucional, la aristocracia y la iglesia, para hacer una defensa del republicanismo. Es, de hecho, en esta obra en la que se encuentran las ideas fundamentales para el texto que escribiría después en defensa de los derechos de la mujer: “Vindicación de los derechos de la mujer”.
[3] El manantial; La Rebelión de Atlas; Los que vivimos; Himno.
[4] Como los recogidos en la obra: “La virtud del egoísmo”.
[5] De hecho, sus columnas resaltaron las historias exitosas de los negros para así demostrar temas más amplios sobre emprendimiento, libertad y creatividad.
El equipo del expresidente de EE. UU. Joe Biden utilizó durante su campaña electoral efectos especiales y montajes de video para ocultar sus tropiezos, según reporta Semafor, que tuvo acceso a una primera copia del libro, aun por publicar, que se titula: ’Pecado original’ (‘Original Sin’, en inglés), de los periodistas Alex Thompson y Jake Tapper.
«El video digital fue una lucha constante para la campaña de Biden […]. La campaña trató de arreglárselas contratando al director Steven Spielberg y utilizando creatividad en el montaje», indica el artículo.
Según el libro, el personal utilizó con frecuencia videos en cámara lenta de Biden para que la gente no se diera cuenta de lo despacio que caminaba en tiempo real, y utilizó ediciones adicionales para limpiar sus tropiezos.
Cabe recordar que Biden, el presidente de mayor edad en la historia de EE. UU., ha dado a menudo a sus oponentes políticos motivos para cuestionar sus capacidades cognitivas con frecuentes lagunas o errores en sus discursos públicos.
En este marco, en repetidas ocasiones el mandatario se tropezó y se cayó, además de confundirse y tener dificultades para articular sus pensamientos. También, ahora como expresidente, es diagnosticado con un cáncer de próstata agresivo que ya se ha extendido hasta los huesos.
El presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, han iniciado una conversación telefónica este lunes, después de que el presidente de EE. UU. anunciara que la llamada tendría lugar a las 10:00 horas (14:00 GMT).
«Espero que sea un día productivo, que se produzca un alto el fuego y que esta guerra tan violenta, una guerra que nunca debería haber ocurrido, termine», afirmó.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, confirmó que la conversación se llevará a cabo. En sus declaraciones a la prensa, Peskov describió la llamada que tendrá lugar entre los dos líderes como «una conversación importante» que apuntará a las negociaciones que se realizaron en Estambul la semana pasada.
Peskov aseveró que si la mediación estadounidense ayudara a resolver el conflicto por medios pacíficos, Moscú lo preferiría.
«Por los servicios de mediación de EE. UU., y nosotros lo apreciamos, estamos agradecidos con la parte estadounidense. Si realmente nos ayudan a conseguir nuestros objetivos por medios pacíficos, entonces naturalmente eso es preferible», indicó el portavoz.
Cabe señalar que, antes de la llamada, los líderes del Reino Unido, Keir Starmer; Francia, Emmanuel Macron; Alemania, Friedrich Merz; e Italia, Georgia Meloni, abordaron la crisis ucraniana en la conversación con Trump, informan medios italianos.
Esta se trata de la tercera conversación telefónica entre Putin y Trump desde principios de año, y tiene lugar varios días después de las primeras conversaciones directas ruso-ucranianas en tres años celebradas en Estambul el pasado viernes.
Este domingo, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abbas Araghchi, afirmó que Teherán continuará con su programa de enriquecimiento de uranio, por más que Washington se oponga a ello.
Sus comentarios tuvieron lugar después de que Steve Witkoff, enviado especial del presidente de EE. UU. para Oriente Medio, afirmara que la Casa Blanca tiene «una línea roja muy, muy clara, y es el enriquecimiento [de uranio]».
«No podemos permitir ni siquiera un 1% de capacidad de enriquecimiento», indicó Witkoff, que añadió: «El enriquecimiento permite la fabricación de armas y no permitiremos que una bomba llegue aquí».
En respuesta, Araghchi calificó las declaraciones de Witkoff de «completamente alejadas de la realidad de las negociaciones» nucleares.
«El enriquecimiento continuará en Irán. Si les interesa garantizar que no se produzcan armas nucleares, estamos dispuestos a cooperar. Pero si presentan exigencias poco realistas, es natural que no se cumplan», señaló.
Posteriormente, el canciller iraní agregó en una publicación en sus redes sociales que la postura de Teherán sobre sus propios derechos como miembro del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP) «es clarísima, y no hay escenario en el que los iraníes permitan que se desvíe de ella».
In addressing the talks regarding Iran's peaceful nuclear program, our U.S. interlocutors are naturally free to publicly state whatever they deem fit to ward off Special Interest groups; malign actors which set the agendas of at least previous Administrations.
«Dominar la tecnología de enriquecimiento es un logro científico local y difícil de conseguir; fruto de un gran sacrificio de sangre y dinero», expuso Araghchi.
«Si EE. UU. está interesado en garantizar que Irán no posea armas nucleares, un acuerdo está al alcance, y estamos dispuestos a entablar un diálogo serio para alcanzar una solución que garantice ese resultado para siempre. Sin embargo, el enriquecimiento de uranio en Irán continuará con o sin acuerdo», concluyó.
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