Durante la reunión de los Estados firmantes de la Convención sobre armas biológicas celebrada del 5 al 9 de septiembre, el Ministerio de Defensa ruso presentó en Ginebra pruebas materiales de la actividad de biolaboratorios militares estadounidenses en Ucrania. Ninguna de las delegaciones presentes allí puso en duda la veracidad de las pruebas presentadas por Rusia.
«A los participantes de la reunión se les entregaron copias de los documentos anunciados previamente por el Ministerio de Defensa ruso, así como pruebas físicas que confirman que se han llevado a cabo trabajos en programas militar-biológicos en Ucrania», expresó.
El funcionario destacó que «ninguna de las delegaciones tuvo dudas sobre la autenticidad de los documentos presentados», entre los cuales figuran los documentos sobre la acumulación de materiales patógenos en los laboratorios ucranianos, incluyendo el instituto de estudio de la plaga Méchnikov. Con ello, Ucrania ignoró las preguntas sobre unas cantidades infundadas de materiales peligrosos que se almacenaban en esta institución.
También señaló que EE. UU. admitió que se llevaron a cabo experimentos biológicos en los que se usaban como sujetos experimentales ciudadanos ucranianos de niveles socioeconómicos bajos, así como pacientes de clínicas psiquiatricas.
Durante la discusión de estos temas «la delegación estadounidense admitió estos hechos», alegando que el envío de muestras de biomateriales patógenos a EEUU «no era frecuente». Dichas delegaciones tampoco respondieron por qué destruyeron con urgencia los documentos sobre las actividades militar-biológicas en Ucrania.
Rusia acusó a EE. UU. de estar desarrollando su potencial en el ámbito de armas biológicas al construir laboratorios cerca de las fronteras de otros países y recolectando las cepas de organismos especialmente peligrosos.