Caracas. – Un preso político venezolano que pasó más de tres años encarcelado bajo el narcorégimen de Nicolás Maduro, Gregory Antonio Sanabria Tarazona, y quien huyó a Estados Unidos, fue detenido recientemente por el ICE y afronta el peligro de ser deportado nuevamente hacia la tiranía chavista.
Un juez de inmigración desestimó su solicitud de asilo, y ahora el joven enfrenta una posible deportación al mismo país del que huyó, donde fue terriblemente torturado.
Sanabria, tenía 20 años en 2014, y estudiaba ingeniería informática, año en el cual fue detenido el 7 de octubre en Táchira, en el marco de las protestas contra el narcorégimen chavista denominadas «La Salida». Tras su detención fue enviado al Helicoide, sede del SEBIN.
Allí fue sometido a torturas horribles, hasta que en 2018 fue liberado finalmente. Sanabria tuvo que ser hospitalizado tras dejar la cárcel, ya que su estado de salud estaba en estado crítico.
Los médicos confirmaron un edema cerebral moderado y lesiones que requirieron cirugía, incluyendo una fractura de nariz. Ese mismo año, la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas condenó la «severa paliza» que sufrió y solicitó una investigación sobre el uso de tortura y malos tratos a los presos en El Helicoide.
Luego, decidió salir del país y logró ingresar a a Estados Unidos por la frontera sur a principios de 2023, tras superar los controles de migración. Se estableció en Dallas, donde trabajó en construcción e instalación de aires acondicionados.
Se le concedió el Estatus de Protección Temporal (TPS), beneficio migratorio otorgado a los venezolanos en 2021 bajo la administración Biden. Recibió protección en 2023 tras su ampliación.
Sin embargo, la administración Trump la rescindió recientemente, poniéndolo a él y a más de 350.000 venezolanos en riesgo de deportación.
El pasado jueves, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detuvo a Sanabria Tarazona en Texas. Según los registros de ICE, se encuentra actualmente recluido en el Centro de Procesamiento de Montgomery en Conroe.
Su familia pide por su liberación y que no sea enviado a Venezuela. Temen por su vida, y denuncian que muchos actores y movimientos políticos guardan silencio sobre su caso, pese a lo grave que es.