El Departamento de Educación de EE. UU. ha suspendido este lunes las ayudas a la investigación que el Gobierno otorgaba hasta ahora a la Universidad de Harvard, después de retirarle el viernes los privilegios fiscales que tenía.
En una carta dirigida al presidente de la universidad, Alan Garber, la secretaria de Educación, Linda McMahon, ha sustentado la decisión en las «constantes violaciones de sus propios deberes legales», según la misiva que la propia McMahon ha difundido en la red social X.
«En todos los sentidos, Harvard ha incumplido sus obligaciones legales, sus deberes éticos y fiduciarios, sus responsabilidades de transparencia y cualquier atisbo de rigor académico», ha afirmado la secretaria de Educación.
A partir de ahora, «Harvard dejará de ser una institución financiada con fondos públicos y, en su lugar, podrá funcionar como una institución financiada con fondos privados, recurriendo a su colosal dotación y recaudando fondos de su gran base de ricos exalumnos», continúa la carta.
«Tienen una ventaja de aproximadamente USD$ 53.000 millones, gran parte de la cual ha sido posible por el hecho de que viven entre los muros de, y se benefician de, la prosperidad garantizada por EE. UU. y su sistema de libre mercado que enseñan a sus estudiantes a despreciar», ha escrito.
Dos de las principales razones del enfrentamiento entre la Administración Trump y la Universidad de Harvard han sido las protestas en su campus contra la ofensiva israelí en la Franja de Gaza y el mantenimiento de los programas de diversidad, igualdad e inclusión (conocidos como DEI, en inglés), que el Gobierno quiere eliminar.
«Harvard no ha acatado la sentencia del Tribunal Supremo de EE. UU. que le exigía poner fin a su preferencia racial, y sigue practicando un feo racismo en sus facultades», ha denunciado la secretaria de Educación en su carta.
La mencionada universidad «ha invitado a estudiantes extranjeros, que se comportan de forma violenta y muestran desprecio por Estados Unidos, a su campus», ha señalado McMahon. «¿De dónde vienen muchos de estos ‘estudiantes’, quiénes son, cómo consiguen entrar en Harvard, o incluso en nuestro país?», pregunta en la misiva, «y ¿por qué hay tanto odio?».