Caracas. – Una red de espionaje ilegal manejada por el narcochavismo en Argentina, la cual se encarga de perseguir y amenazar a disidentes del narcorégimen de Nicolás Maduro en ese país, fue denunciada este pasado lunes por la fundación Apolo.
La organización, dedicada a la lucha contra la corrupción, realizó una presentación judicial en la cual reveló la existencia de una organización transnacional venezolana del régimen de Nicolás Maduro que persigue y amenaza a exempleados públicos venezolanos.
El informe indica que la denuncia surgió a raíz de que un joven, identificado como José Zambrano Erazo, fue amenazado por adeptos al narcochavismo, situación que denunció ante la fundación.
Zambrano había dejado Venezuela junto a su esposa y su madre, Mery Erazo, una ex funcionaria del chavismo, en 2017. Según detalló a la entidad, su progenitora decidió irse tras haber estado en contacto con información vinculada a casos de malversación de fondos en el ministerio de Cultura venezolano donde trabajaba.
A raíz de la corrupción de la cual fue testigo, la mujer fue víctima de seguimientos, amenazas y vigilancia ilegal en varios países de América Latina, incluyendo la Argentina. La denuncia presentada ante Fundación Apolo fue presentada ante el Poder Judicial con el objetivo de que se investigue la presunta comisión de delitos de asociación ilícita agravada, encubrimiento y amenazas agravadas.
En el escrito, a su vez, se argumentó que los hechos podrían constituir también crímenes de lesa humanidad en la medida en que estarían motivados por “razones políticas”.
Cabe señalar que Erazo trabajó para un despacho dirigido por Adam Chávez, hermano del fallecido Hugo Chávez, y atestiguó el desvió de recursos desde el organismo hacia el PSUV. La mujer explicó que el narcorégimen trató de impedir su renuncia e intentó frustrar su salida del país para evitar posibles “filtraciones” de información que complicara a las autoridades.
La mujer logró obtener pruebas de los hechos de corrupción y malversación de fondos ocurridos en el ente dirigido por el hermano de Chávez, y también logró salir del país. Primero, se ubicó en Colombia, luego en Chile, y Estados Unidos, y en todos los países pudo verificar que le seguían los pasos y era objeto de advertencias.
En el caso de Zambrano, quien llegó con su esposa a Argentina en 2018, denunció haber recibido mensajes en los que le informaban detalles de su vida privada. También reveló haber sido seguido por las calles de la localidad donde se encontraba.
La Fundación Apolo señaló en su informe que el narcorégimen chavista “se valió de criminales que actúan en forma organizada” para amedrentar, acosar y seguir a Zambrano y su familia con el fin de “negarle el derecho humano mas elemental que existe: el derecho de vivir en paz y en democracia”.